Muy agradecido, Ramón. Un placer contar siempre con tu presencia en mis letras.Ramón Carballal escribió:Hermoso poema. Ha sido un placer leerlo. Abrazos.
Un fuerte abrazo.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Muy agradecido, Ramón. Un placer contar siempre con tu presencia en mis letras.Ramón Carballal escribió:Hermoso poema. Ha sido un placer leerlo. Abrazos.
Siempre agradecido, Guillermo, por tu paso y apreciados comentarios.Guillermo Cuesta escribió:Ramón aunque depende la deshora hasta de los relojes, qué bien rematas con la poesía ese sensación de estar en vilo
y expensas de lo contradictorio.
un abrazo
Ramón Castro Méndez escribió:Amanece a deshora esta mañana
que aún yace descuidada sobre el lecho
exhalando el último suspiro de la noche,
y late en mí como moneda
en la palma de la mano de Caronte,
como semblante sin pasado
que a lo vivo me lastrara.
En la habitación,
la puerta a media luz abierta,
aún se demoran las sombras
en ese incierto paisaje de lo umbrío
que, con su tremolar de réquiem,
pasan dejando un olor a hollín
de noche insomne, inacabada,
como impropio desorden
que a nada pone nombre.
Al borde del ayer,
se dobla del revés mi pequeño universo
como un mayo que doblara al viento las espigas
en la insustancial gravedad de su existencia,
en un mero afán de inmortalidad
que se devana en la anatomía de mis sueños
como una ruina que fuera preconcebida consciencia
que diera noticia de uno mismo.
La mirada inmóvil, y ese sabor salado
sobre el hueso como impronta
que es idioma común de la barbarie
cuando los cuerpos se atraen y, a un tiempo, se desangran
tal que si carecieran del ingenuo tacto de la memoria,
llevados tan solo por la leva de la costumbre
a hollar allí donde brota la sed que no se sacia.
Mirta Elena Tessio escribió: Ramón Castro Méndez » Vie, 15 Jul 2016 12:29
Amanece a deshora esta mañana
que aún yace descuidada sobre el lecho
exhalando el último suspiro de la noche,
y late en mí como moneda
en la palma de la mano de Caronte,
como semblante sin pasado
que a lo vivo me lastrara.
En la habitación,
la puerta a media luz abierta,
aún se demoran las sombras
en ese incierto paisaje de lo umbrío
que, con su tremolar de réquiem,
pasan dejando un olor a hollín
de noche insomne, inacabada,
como impropio desorden
que a nada pone nombre.
Al borde del ayer,
se dobla del revés mi pequeño universo
como un mayo que doblara al viento las espigas
en la insustancial gravedad de su existencia,
en un mero afán de inmortalidad
que se devana en la anatomía de mis sueños
como una ruina que fuera preconcebida consciencia
que diera noticia de uno mismo.
La mirada inmóvil, y ese sabor salado
sobre el hueso como impronta
que es idioma común de la barbarie
cuando los cuerpos se atraen y, a un tiempo, se desangran
tal que si carecieran del ingenuo tacto de la memoria,
llevados tan solo por la leva de la costumbre
a hollar allí donde brota la sed que no se sacia.
El destiempo en desmedro de lo que duele.
Me duele este poema.
Me ha llegado Poeta.
Gracias, Un abrazo
Muchas gracias, E.R.A., siempre un placer contar con tu paso y apreciado comentario.E. R. Aristy escribió:Ramón Castro Méndez escribió:Amanece a deshora esta mañana
que aún yace descuidada sobre el lecho
exhalando el último suspiro de la noche,
y late en mí como moneda
en la palma de la mano de Caronte,
como semblante sin pasado
que a lo vivo me lastrara.
En la habitación,
la puerta a media luz abierta,
aún se demoran las sombras
en ese incierto paisaje de lo umbrío
que, con su tremolar de réquiem,
pasan dejando un olor a hollín
de noche insomne, inacabada,
como impropio desorden
que a nada pone nombre.
Al borde del ayer,
se dobla del revés mi pequeño universo
como un mayo que doblara al viento las espigas
en la insustancial gravedad de su existencia,
en un mero afán de inmortalidad
que se devana en la anatomía de mis sueños
como una ruina que fuera preconcebida consciencia
que diera noticia de uno mismo.
La mirada inmóvil, y ese sabor salado
sobre el hueso como impronta
que es idioma común de la barbarie
cuando los cuerpos se atraen y, a un tiempo, se desangran
tal que si carecieran del ingenuo tacto de la memoria,
llevados tan solo por la leva de la costumbre
a hollar allí donde brota la sed que no se sacia.
Elocuencia poética, Ramon. Conmovedor y hermoso. Te felicito, ERA
Muy agradecido por tu paso, amigo Ventura, y por dejarme tu apreciado comentario.Ventura Morón escribió:El ambiente llega nítido, la secuencia de imágenes llevan a las sábanas aun sin hacer del alma, se recorre un camino que aunque parezca poblado por la nostalgia y la desesperanza, a mi se me antoja lleno de un potencial a explorar.
Muy hermoso Ramón, abrazos amigo
Muchas gracias, Rafel, por tu paso y apreciado comentario.Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante trabajo de Ramón.
Óscar Distéfano escribió:Un poema de agradable lectura, lúcido en su contenido, y dúctil en la forma. Te aplaudo, amigo.
Un abrazo.
Óscar