Editorial Alaire

José Manuel F. Febles escribió:Ayer, Óscar llevabas la juventud y los besos propios de esa edad, hoy más maduro, son más sosegados, algo te falta, como reconocer tu casa en las horas nocturnas en que todo parece diferente, como si algo te hayan robado, una insatisfacción, una inquietud, y eso lo reflejas en tus versos con el magisterio propio del poeta que eres. Lo volveré a leer, porque esa extraña sensación, la sufrí hace algún tiempo atrás. Te felicito de corazón. Un gran abrazo.

José Manuel F. Febles, desde mi isla.

Óscar Distéfano escribió:La búsqueda de algo que se me perdió en la casa


Ahora son las cuatro y veinticinco
de la mañana,
y una vez que amanezca
tengo la idea de salir al patio
y no sólo vagar
por las estancias de la noche.

Quiero reconocer mi casa.
Tengo que hallar ese algo
que me enlazaba al entusiasmo,
aquél símbolo, imagen, paradigma,
que desconecte de una vez por todas mi discordia.

Podría ser la sombra de la enorme palmera
que planté cuando arreciaban los besos
(podrían ser las flores
de aquellos enraizados besos).
Podría despertarse en mí las ganas
de recuperar el jardín,
el pasto que hace mucho sufre,
y encontrar entre las malezas lo que busco.
O podría sentarme bajo la parralera
a esperar con cierta esperanza
el cíclico retorno de los pájaros
regurgitando lo que busco.

Es como si dioses antiguos
reclamaran esa cosa perdida
y no encontrase yo
manera de satisfacerlos.
Es como si en la casa
hubieran robado ese algo
y yo, sin serlo, me sintiese
el sospechoso principal.

Josefa A. Sánchez escribió:Quizá la casa que miramos desde fuera somos nosotros mismos y ya no nos reconocemos en la misma fachada, ajada por el paso del tiempo, en las ramas secas y el cesped arrasado. Lo que hemos perdido en esa casa sigue ahí, solo que no sabemos verlo, bajo tantas capas de tiempo y tristeza. Ya ves que el poema me ha hecho reflexionar. Por cierto, me encanta el cierre.
Un abrazo.
Pepa

Felipe Fuentes García escribió:

Óscar Distéfano escribió:La búsqueda de algo que se me perdió en la casa


Ahora son las cuatro y veinticinco
de la mañana,
y una vez que amanezca
tengo la idea de salir al patio
y no sólo vagar
por las estancias de la noche.

Quiero reconocer mi casa.
Tengo que hallar ese algo
que me enlazaba al entusiasmo,
aquél símbolo, imagen, paradigma,
que desconecte de una vez por todas mi discordia.

Podría ser la sombra de la enorme palmera
que planté cuando arreciaban los besos
(podrían ser las flores
de aquellos enraizados besos).
Podría despertarse en mí las ganas
de recuperar el jardín,
el pasto que hace mucho sufre,
y encontrar entre las malezas lo que busco.
O podría sentarme bajo la parralera
a esperar con cierta esperanza
el cíclico retorno de los pájaros
regurgitando lo que busco.

Es como si dioses antiguos
reclamaran esa cosa perdida
y no encontrase yo
manera de satisfacerlos.
Es como si en la casa
hubieran robado ese algo
y yo, sin serlo, me sintiese
el sospechoso principal.

Amigo Óscar, me ha parecido magnífico tu poema, con una forma nueva de "decir" y con un planteamiento espectacular. Veo en ti, desde un cierto tiempo acá, una tendencia hacia una mayor naturalidad expresiva. Y este poema es una muestra muy exitosa de ello. Mi felicitación.

Un abrazo,
Felipe.

Guillermo Cuesta escribió:La nostalgia se hace cargo de la inspiración y tu esfuerzo es tu sentir o tu sentir tu esfuerzo plagiado
de sensores y premisas. A recuerdo revuelto vestigio de carencias y obviedades disyuntivas.

Un poema a imagen y semejanza de la sencillez infantil observadora.

un abrazo

curra anguiano escribió:Mi muy querido amigo Óscar, en esta tu búsqueda casi dramática en la que pareces haber perdido un gran amor o incluso a ti mismo, o un trazo de ese tú que amo por encima del mundo entero. En cualquier caso es una obra de arte.

Mil besos y mil gracias

Curra

Manuel Alonso escribió:Me ha encantado amigo, este nueva forma de versificar. Un abrazo Óscar.

Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante poema de Óscar.