Editorial Alaire

Josefa A. Sánchez escribió:El poema funciona tan bien como el reloj de tus versos, percutiendo con sus campanadas los laberintos de la nostalgia. Grande. Para aplaudir de pie.
Un abrazo.
Pepa

Pilar Morte escribió:Ya da las horas el reloj de la catedral.
La nostalgia de sus saetas brota
en llanto de alegres lágrimas.
Oigo centellear las campanas como espejos de hogar
y retorna la niña que galopó entre sueños.

ll
Siento que me reprendes porque se me hizo tarde
y he de aventurarme a subir de dos en dos
los peldaños a la labor de la mañana
sin que me acaricie el alma
el primer rayo del día.

Te miro como el dios que castiga
pero estás en mí enhebrando el movimiento
con el sonido limpio
de los atardeceres encendidos.
Las horas rondan equidistantes al embrujo
y me dejo seducir por las aves de mi pecho
.
lll
¿Me recuerdas? tú eras testigo del desorden
de las nuevas pulsiones.
Tú extendías péndulos al aire
y yo recorría delirante la vida.

El viento despeinaba las torres y tú mirabas,
desde el sagrado círculo,
el adiós de las aguas.
En cada vuelta te apreciaba rítmico,
vibrante, tatuando el tiempo sobre los rostros.

lV
Ya das las horas,
has regresado y una ciudad nueva te recibe
desgranando un pasado que guarda la memoria.

Yo leo tus segundos lentos
dorando las raíces de los versos,
-ramales de tus saetas-
que llenan los últimos cántaros

Hallie Hernández Alfaro escribió:Querida Pilar, se congrega la belleza en el sonido de las campanas, se desgranan -segundo a a segundo- más de una vida. Un poema limpio, dicente, de los que llegan para quedarse.

Abrazote con todo mi afecto.

Rafel Calle escribió:Hermoso y evocador poema de Pilar.

J. J. M. Ferreiro escribió:Pilariña, preciosas estas campanas íntimas.

Biquiño de domingo.

Pablo Ibáñez escribió:Pilar,

me ha gustado muchísimo el poema, mi querida amiga. Me encanta esa manera que tienes de mirar al pasado con ternura y exactitud. Me maravilla la manera cómo seleccionas los detalles para potenciar su poder evocador. "Los divinos detalles", decía Nabokov.
También muy afortunada la división en estrofas numeradas. A mí me gusta mucho cómo lo haces. Cada una es un pequeño poema, sus inicios sorprenden uno a uno, marcan territorios diferentes y complementarios del mismo cuadro. Muy bien también la personalización del reloj de campanario, la dirección del "tú" a ese objeto material, dotándole de toda la potencia de la personificación, dándole la misma categoría que al narrador poemático, como un acompañante que siempre está presente, sonando por detrás, como una banda sonora de la vida que va pasando entre afanes y recuerdos. Tenía yo en mente un poema parecido sobre el reloj de la caja de ahorros de Oviedo, que da la vida clamando el himno de Asturias cada hora, pero después de leer esta preciosidad, desisto.

En fin , que me ha encantado. Últimamente lo estás niquelando, querida amiga.

Te mando un abrazo enorme.

E. R. Aristy escribió:

Pilar Morte escribió:Ya da las horas el reloj de la catedral.
La nostalgia de sus saetas brota
en llanto de alegres lágrimas.
Oigo centellear las campanas como espejos de hogar
y retorna la niña que galopó entre sueños.

ll
Siento que me reprendes porque se me hizo tarde
y he de aventurarme a subir de dos en dos
los peldaños a la labor de la mañana
sin que me acaricie el alma
el primer rayo del día.

Te miro como el dios que castiga
pero estás en mí enhebrando el movimiento
con el sonido limpio
de los atardeceres encendidos.
Las horas rondan equidistantes al embrujo
y me dejo seducir por las aves de mi pecho
.
lll
¿Me recuerdas? tú eras testigo del desorden
de las nuevas pulsiones.
Tú extendías péndulos al aire
y yo recorría delirante la vida.

El viento despeinaba las torres y tú mirabas,
desde el sagrado círculo,
el adiós de las aguas.
En cada vuelta te apreciaba rítmico,
vibrante, tatuando el tiempo sobre los rostros.

lV
Ya das las horas,
has regresado y una ciudad nueva te recibe
desgranando un pasado que guarda la memoria.

Yo leo tus segundos lentos
dorando las raíces de los versos,
-ramales de tus saetas-
que llenan los últimos cántaros

El tiempo realmente es emocional y deja su impression y simbolismo en el alma humana. Se detiene el tiempo aqui y os deja contemplar, como en un magico film. Un placer leerte Pilar, abrazos. ERA