Eduardo Díaz escribió:Un poema excelente!!! Tienen todos los ingredientes para alimentar el alma. Un abrazo y mis felicitaciones.
Gracias Eduardo, me alegra que te gustara el poema y que dejaras tu huella.
Un abrazo
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Eduardo Díaz escribió:Un poema excelente!!! Tienen todos los ingredientes para alimentar el alma. Un abrazo y mis felicitaciones.
Hallie Hernández Alfaro escribió:Espectacular y bello por todos lados!
Enhorabuena Sara, has creado una maravilla.
Hallie
Pilar Morte escribió:La mañana nublada se torna arcoiris leyendo este poema
:Felicidades
Un abrazo
Pilar
J. J. M. Ferreiro escribió:Sariña, una verdadera maravilla este poema que aquí nos regalas. Destila belleza y ternura en todas sus partes. Perfectos técnicamente hablando, los versos suenan como si fuésemos pulsando las cuerdas de una guitarra bajo las palabras.
Destacaré por su especial belleza :
escribo por saber que aún existes
que en el dolor del lunes habitan los domingos
y la distancia es un aullido largo
cimbreando el océano.
o
Quiero volver a la blancura
que se quiebra al revés de las toallas,
Un abrazo querida amiga. Nos vemos en Málaga.
Julio González Alonso escribió:S.Castelar escribió:Escribo la memoria de un nombre sin raíces
de un niño que se arrulla tiernamente
sobre un pecho quebrado de abandono,
escribo por saber que aún existes
que en el dolor del lunes habitan los domingos
y la distancia es un aullido largo
cimbreando el océano.
Tú me besabas en los taxis
mientras París sucede sobre sus pasos lentos
como una prolongación del labio,
todo lugar se vuelve en tu mirada
una amapola tierna
una frágil premonición de lluvia.
Cae blanda tu voz sobre la cordillera
y en un susurro vuelven
el pan y los jazmines
y se acumula el hambre en los parrones
donde la infancia grita
el negro miserere de los pájaros.
Sé que una madre te florece
en la ternura inquieta de los dedos
y que la noche
es un nardo que sangra voces muertas,
que mi cintura es como Sian Ka´an
y te queda a una sola escala
de los años que abrieron sus rendijas.
Quiero volver a la blancura
que se quiebra al revés de las toallas,
saber que Pavarotti sigue vivo
y que tiene sesenta y seis razones
para esculpir de notas el silencio.
Me queda amar todos tus años
y deshojar contigo
esa rosa serena que espolea
su muerte interminable.
Bella, muy bella declaración y descripción de y del amor vestido de gala con metáforas de inusitada hermosura. Sería fantástico oirlo en tu voz en Málaga.
Salud.
maria eimil escribió:
Quiero volver a la blancura
que se quiebra al revés de las toallas,
saber que Pavarotti sigue vivo
y que tiene sesenta y seis razones
para esculpir de notas el silencio.
**********************
Y yo quiero y quiero, leer poesia como esta, porque sepas Sarita, que de toda tu creacion, esta para mi, la mas divina...Increible, bella Dama...mi besote y abrazote.Maria
Sandra Gª Garrido escribió:Sara, ya el título encierra mucho, y has sabido manejar muy bien toda la esencia que guardas de ese ser amado en su ausencia.Un poema tierno y con alma.
Un abrazo
Ramón Carballal escribió:Soy muy malo comentando poemas, solo te diré que disfruto muchísimo con tu obra poética y que es un lujo poder leerte en un foro público. Un abrazo.
Alberto Batania escribió:Bello poema en que el amor parece un chicle gastado que se va estirando y estirando y cruza la memoria y los espacios.
Enhorabuena.
Hasta pronto.
Alejandra Goerne escribió:UUUFF!! Sara... que esto lo leí hace unas días pero por el poco tiempo para forear no puede comentarlo.
Este, es uno de esos poemas que se guardan bajo la almohada para siempre. Y te digo algo? ME CORREEEE LA ENVIIIDIIIAAA!!! ojalá algún día yo pueda tener un gramo de tu talento, de tu sensibilidad y de tu pluma caray.
PRECIOSO, con mayúsculas. Un beso enorme.
Rafel Calle escribió:Delicados perfiles cariñosos, para una historia de amor muy bien contada.
Muy bello tu poema, querida amiga Sara.
Felicidades.
Te mando un fuerte abrazo.
S.Castelar escribió:Escribo la memoria de un nombre sin raíces
de un niño que se arrulla tiernamente
sobre un pecho quebrado de abandono,
escribo por saber que aún existes
que en el dolor del lunes habitan los domingos
y la distancia es un aullido largo
cimbreando el océano.
Tú me besabas en los taxis
mientras París sucede sobre sus pasos lentos
como una prolongación del labio,
todo lugar se vuelve en tu mirada
una amapola tierna
una frágil premonición de lluvia.
Cae blanda tu voz sobre la cordillera
y en un susurro vuelven
el pan y los jazmines
y se acumula el hambre en los parrones
donde la infancia grita
el negro miserere de los pájaros.
Sé que una madre te florece
en la ternura inquieta de los dedos
y que la noche
es un nardo que sangra voces muertas,
que mi cintura es como Sian Ka´an
y te queda a una sola escala
de los años que abrieron sus rendijas.
Quiero volver a la blancura
que se quiebra al revés de las toallas,
saber que Pavarotti sigue vivo
y que tiene sesenta y seis razones
para esculpir de notas el silencio.
Me queda amar todos tus años
y deshojar contigo
esa rosa serena que espolea
su muerte interminable.