Frangere

[Ventura Morón]

Alzar la voz, como dices, es al menos la forma de dejar en el aire que no puede aceptarse el camino del horror y el sufrimiento, no puede ser este el recorrido del hombre. Me sumo a este homenaje solidario querida amiga, y te mando un fuerte abrazo

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo de Carmen.

[Marisa Peral]

Su clamor son las voces sordas
en las calles huérfanas de París,
el silencio ensordecedor que sucede a las balas,
interrumpido, sólo, por el ruido de ambulancias
que transportan los restos de los sueños.
La sangre que circula en las aceras
desnuda y roja, extirpada de la vida
a golpe de vuestras oraciones asesinas.

No, nadie callará mi voz
en el silencio de la muerte que os acompaña,
mi voz se hará más alta, más humana,
ante el frangere de la vida,
en el fragor de vuestras mezquinas batallas,
para elevarse y deciros , que
Dios siente una infinita vergüenza de vosotros,
cada vez que en su nombre, empuñáis el arma
que arrebata los sueños y la vida de sus hijos.

Llora el padre al hijo,
la hermana al hermano,
la hija a la madre llora,
y llora la misma sangre, llora sangre y muerte,
las lunas de la noche se amontonan, todas,
cuando los hombres de todo el mundo
lloran hoy por sentirse especie.

Que nadie calle tu voz, querida Carmen, que muchos más la alcemos para intentar que el mundo pueda ser más "humano" y generoso.
Es un poema duro, sincero hasta doler pero bellísimo y muy bien trazado.
Eres mi heroína
Un beso y montones de abrazos.

[J. Paz]

Precioso, Carmen. Tu voz llega inconcusa y nítida, y traspasa.

Un fuerte abrazo y feliz fin de semana,

Judit

[E. R. Aristy]

Su clamor son las voces sordas
en las calles huérfanas de París,
el silencio ensordecedor que sucede a las balas,
interrumpido, sólo, por el ruido de ambulancias
que transportan los restos de los sueños.
La sangre que circula en las aceras
desnuda y roja, extirpada de la vida
a golpe de vuestras oraciones asesinas.

No, nadie callará mi voz
en el silencio de la muerte que os acompaña,
mi voz se hará más alta, más humana,
ante el frangere de la vida,
en el fragor de vuestras mezquinas batallas,
para elevarse y deciros , que
Dios siente una infinita vergüenza de vosotros,
cada vez que en su nombre, empuñáis el arma
que arrebata los sueños y la vida de sus hijos.

Llora el padre al hijo,
la hermana al hermano,
la hija a la madre llora,
y llora la misma sangre, llora sangre y muerte,
las lunas de la noche se amontonan, todas,
cuando los hombres de todo el mundo
lloran hoy por sentirse especie.

Horror, el horror que se vive en estos tiempos va en aumento. Tenemos que cuidarnos de no caer en el odio. Me uno al llanto. ERA

[Rosa Marzal]

Enorme fortaleza la de este excelente poema, Carmen. Un grito necesario y valiente.

Mi felicitación, amiga.

Abrazos.