Re: Isla
Publicado: Vie, 11 Sep 2015 19:44
Gracias, Lunamar, recibe un fuerte abrazo y mi gratitud.
Pablo, es un placer recibir tu presencia y tus palabras. Te agradezco mucho. Abrazos, amigo.
Raúl, gracias a ti. Abrazos.
Pilar, te agradezco tu sensibilidad. Abrazos.
Óscar, hiciste que me acordara de los dos perros, el blanco y el negro, de esas figuras oníricas. Si hay un que comande este poema es el blanco. Azuzar un perro blanco contra el vacío es nuestra labor. Abrazo grande.
Rosa, sí, es algo que está ahí, notamos el peso, la presencia, y su borrosa ubicación, y como sea hay que hacer que no se hunda. Abrazo grande.
F. Enrique, gracias, amigo. A mí me gusta pensa que en poesía no hay voluntad en el lenguaje, al menos no hay una voluntad controlada, no hay un sumisión a un contexto o coyuntura emocional. Existe el contexto y la coyuntura, pero no la sumisión. Abrazo grande, amigo.
Guillermo, sí, es así, es un soledad inmensa, una potencia en sí misma, no tiene orillas, ni adyacencias, ni contigüidades; es una energía que nos agota y nos eleva, como si fuésemos la palmera esa que salía en los tebeos, una palmera en el centro de una isla con un náufrago barbudo y feliz. Abrazos.
Ana, besos para ti, y mi agradecimiento, y mi deseo de que te recuperes pronto, de que vuelvas.
Pablo, es un placer recibir tu presencia y tus palabras. Te agradezco mucho. Abrazos, amigo.
Raúl, gracias a ti. Abrazos.
Pilar, te agradezco tu sensibilidad. Abrazos.
Óscar, hiciste que me acordara de los dos perros, el blanco y el negro, de esas figuras oníricas. Si hay un que comande este poema es el blanco. Azuzar un perro blanco contra el vacío es nuestra labor. Abrazo grande.
Rosa, sí, es algo que está ahí, notamos el peso, la presencia, y su borrosa ubicación, y como sea hay que hacer que no se hunda. Abrazo grande.
F. Enrique, gracias, amigo. A mí me gusta pensa que en poesía no hay voluntad en el lenguaje, al menos no hay una voluntad controlada, no hay un sumisión a un contexto o coyuntura emocional. Existe el contexto y la coyuntura, pero no la sumisión. Abrazo grande, amigo.
Guillermo, sí, es así, es un soledad inmensa, una potencia en sí misma, no tiene orillas, ni adyacencias, ni contigüidades; es una energía que nos agota y nos eleva, como si fuésemos la palmera esa que salía en los tebeos, una palmera en el centro de una isla con un náufrago barbudo y feliz. Abrazos.
Ana, besos para ti, y mi agradecimiento, y mi deseo de que te recuperes pronto, de que vuelvas.