No lo Olvides

[curra anguiano]

Abriendo esa mañana.

Claro, limpio, simple y solemne,
en estado activo de fuerzas,
verdades y sueños, posando como paloma y fertilizando sus hojas.

Mañana, consciente de su tarde y de ese viento, que dormirá con ella,
esquiva con la miseria y los dramas que se replican, acunando la esencia.

La tarde, que une los círculos, que preparan en sus soles, los regadíos,
impulsando, la trama de las conciencias, con expresiones garridas.

La Luna, que me pinta el cielo, donde siempre hay magia, y la risa es modelo,
amor de amigos, la casa que regala flores que recortó cumpliendo los pactos con los rezados y esos que piden vida.

Mi mundo cuando se recoge, la gloria de una paz sentida,
de un amor convulso el que deseas.

Los bananos, las Begoñas, y todo lo que fue sembrado que el amor de dios, nos hace rugosas raíces.

[curra anguiano]

Empiezo en oscuro,
hasta que te despido.

Será que mi alma, es la luna, o yo su testigo, el día con sus pasos blancos,
camina sucediendo en imágenes cada vez más perfectas,
es esos cúmulos, reafirmando sueños .

Cupidos sonrientes de la amalgama, recitan cada música, en un acorde y relajo cada músculo en los gozos.

Verdes, bonitos y fuertes, amando todos los registros, esquivando cada sombra del camino,
tu mi constancia perfecta.

Los círculos, que crecen tras la magia, y yo que me recreo con ellos,
alados y místicos,
a veces perversos, pero me concluyó impermeable a su destino.

Esa casa, rezada y segada, me ilumina por dentro,
cuantos sustrato en uno, espero y sigo,
en un mundo de lunas, felices.

Recitó esta tarde, de sol prendido, al son de los rezos,
esperando a mis amigos del alma, en alborotado silencio.

[curra anguiano]

Promesas, de dos, de tres y una lagrima al mar.

Envidia, que corroe al mundo, alineando los planetas, tras su furia, tramando sumas, y rompiendo a la mención de nombre temido, reinas de la arenga, del control, postrado, diligentes y eficaces usando el ras del contrario.


Plantas color fuego, incitantes que encuentro, tras la bruma, esta vez sin matices y olores que guardan brillantes para la noche.

Mañana de jolgorios,
entre los platos repuestos,
los fuegos del horno y las mas delicadas pausas, el olor del reclamo,
disfrute en las manos.

Promesas, que ahora en la tarde callada, a la sombra, de mis begoñas, dulcificada, con el olor de un don diego, son más firmes, y poderosas.


Es que Dios mío, yo te quiero

[curra anguiano]

Lo granados del egoísmo,


Amanece en una calma convexa, algo punzante
descuido de sombras y de luces de tarde.

Mi verde, alegría en la distancia camino sin rayas,
sentido de lo regalado.

Amigos, profunda presencia, cada día más honda,
y algunos granos que nos rodean, estallando yoes, mi
gusto, mi deseo y mi carta, por fin mi comida.

Los grises que rasgan, hasta el llanto profundo,
que no se pasa, que gime la calle, que tiembla el destino, que amarga.

Mi casa de dioses, mis ruegos profundos, los aquellos que necesitan, mis flores, sus causas, y no hay egoísmos.

Y abrazo la calma, en sentir de un beso sagrado o el trazado vital de la ternura, el calambre simple ameno, que los sentidos agita,
él amor verdadero.

[Mirta Elena Tessio]

Las palabras que dimos por verdades
son polvo de hermenéutica voraz,
desastre tras alguna luz fugaz;
necedad de cansinas necedades.

No lo olvides, Maestro; ya partimos...
Somos abecedario de un idioma
malo, de la Gomorra y la Sodoma,
el residuo del vino que vertimos.

Significa que vamos dando tumbos
con piedras sumergidas en el fango,
tropiezos con el miedo y por el rango
que presumen los ciegos de los rumbos.

Ahora que perdimos nuestras tierras
y tenemos la biblia pa' rezar... *
Ya sabemos el cómo tropezar
con látigos, cadenas y las sierras.

Autor: Jorge de Córdoba

* Pensamiento de Eduardo Galeano

Un poema profundo, dolorido que llega hondo.
Busca las herramienta para desalojar el miedo
seguro encontrarás fuerzas y nuevas tierras.
Un Abrazo desde Argentina.-

[curra anguiano]

El abismo de amanecer.

El recuerdo de recuperar, los cielos
plagados de energía y todo tibio se asienta, permito a los sentidos sentir los olores y reconocerlos.

Los verdes en su siempre presencia, en lo que tenemos, el más tierno, de los sentimientos, gracias hijo por haber nacido.

Los grises y sus sombras, las causa y sus destino, no hieren, no participan, se transportan con su propio destino.

Las flores es lo único blanco que me inunda, fragancias, pasiones en calma
alarmas del sistema, que me llaman.

Las casas del rezo hoy tan recorridas

[curra anguiano]

La bruma dorada con sabor a naranja.

Céltica, tromba de reencuentros, esas mil risas, con sabor a antiguo, a guerras de cerebros o chistes de vascos, el cariacontecido, rostro en negro, o el beso que se queda preguntando, la ternura entremezclada con la picardía y sus saltos.

Tardes, de sol baldío, en un verano ya cansado,
círculos ayer presentes, hoy ausentes, mimados por el alma que revive, encajes de frutos maduros, incomprendidos a la deriva.

Mis verdes, ausentes, mi alma que los añora,
redactó intensos capítulos con tus miradas, y me abrazo a un mañana, que te traiga a mi sombra, los brillos de tu voz amada.


Grises, hoy silenciosos y relajados, dejando que la pureza de los jazmines, perfore, para brindar con rezos, por un nada,
disipa ni canta.

La fuente presente de los amigos, el color de las bondades, la mística de lo cómplice, no dicho,
pero presente, como el rocío, empapando la nostalgia, todas las flores que hoy también son blancas.

En cada tijeretazo, o depósito, o luzco ramos o rezo para los martes, y pido por muy bajo, que las visitas no tengan tinta de de despedida, sin haber vivido,
a ti mi Cristo, aquí me entregó, con el nada que tengo que regarte, salvo que en ti confío.

[curra anguiano]

Tras un día de luces brillantes, todas comprimidas, todas realzadas, me siento a la sombra de un ramo, lo miró y recuerdo, mil flores que corte por martes.

Mi blanco, tierno y brillante, cupido de flores y sabios cantares, mi verde en el fondo, en todo coronado, mi Borja,
su santo.

Las risas infinitas, mimadas por los toros, luchadas por mercados y precios y el dogma del mundo, el placer sonrojado.

Amistad, ese sincero consuelo, que siempre asiente, conforta y en lo más profundo ama, amigos de lagrimas, de besos cesados, y una ternura, que todo descarga, paseos en los tronos, bendición padre, y las miradas.



Y será el miércoles el destino de suerte,
el confort de un amigo,
las promesas cumplidas, el tiempo vencido,
y será la vida, el mundo perfecto, para dar las gracias, por todo lo habido.

[Ana Muela Sopeña]

Verdades como puños, Jorge:

El poema te ha quedado genial.

Aplausos, compañero
Besos
Ana