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Publicado: Mar, 19 May 2015 9:31
por Óscar Bartolomé Poy
Rosa Marzal escribió:La esencia y el destino del árbol anudado al del hombre. Me ha encantado, Oscar.

Es un auténtico placer y un descubrimiento tu magnífica poesía. Felicidades.

Un abrazo.


Así es. Son inseparables, están indisolublemente unidos.

Me alegro de que hayas disfrutado de mis arbóreos versos.

Un abrazo, Rosa.

Publicado: Mar, 19 May 2015 12:32
por J. Paz
Como asomarse a un sueño de los anclados a tierra. Muy hermoso.

Un abrazo y feliz día,

Judit

Publicado: Mié, 20 May 2015 7:14
por Rafel Calle
Muy bello poema de Óscar.

Publicado: Jue, 21 May 2015 2:18
por Josefa A. Sánchez
El árbol y el poema completan una simbiosis. La forma misma del poema se me antoja vegetal, poliforme. Se va trasformando en la lectura con una ilusión de crecimiento. Es un árbol-poema-cuerpo habitable y habitado. La música lo complementa a la perfección. Un placer la lectura.
Un abrazo.
Pepa

Publicado: Jue, 21 May 2015 10:18
por Óscar Bartolomé Poy
Hallie Hernández Alfaro escribió:El poema entero cuenta con mucha hermosura, Óscar. A medida que leemos, la construcción es un ser tan vivo como la audibilidad de los latidos. Prevalece la idea del Ser en dos, en perfección. La corriente lírica-clorofílica avanza sin detenerse -ciclo por ciclo- hasta la unión suprema (cuando la memoria divina era eidética, me ha erizado la piel esa imagen). El final también abre un nuevo viaje, un descenso finito tal vez, un arroparse en las nebulosas manos del inframundo. El Amor es médula irremplazable en tu poética y sus bases intuidas, sus ramajes, sus alteraciones, se me hacen absolutamente cercanas.

Enhorabuena y un gran abrazo.

Tu comentario me hace pensar que tal vez hayas visto 'The Fountain', una de las películas que mayor efecto y repercusión han causado en mi vida y que está detrás de este poema. En efecto, aquí hablo de un viaje (aunque el árbol, en principio, sea la quintaesencia de la inmovilidad, de ahí que en un momento dado emplee el muy hermoso adjetivo "quiescente" para referirme a su sombra), un viaje espiritual cuyo último destino es Xibalbá, la nebulosa de una estrella muerta ("I loved you like the darkness loves the brightness of a dying star", mi lema, el blasón de mi escudo) , el inframundo maya, donde van a dar las almas de los muertos para reencarnarse, completando así el círculo de la vida -ouroboros- en una perpetua palingenesia.

Todos esos símbolos, como sin duda habrás observado, están presentes en mi Poiesis, muchas veces revestidos de mecánica cuántica. Son, digámoslo así, mi locus amoenus.

Déjame decirte que también has sabido captar muy bien una idea capital del poema; a saber, cómo, tras la muerte, dos almas pueden fundirse en una (un solo cuerpo para dos almas, nunca antes tan unidas, nunca antes tan simbióticas), recuperando la famosa fábula de Aristófanes en 'El banquete' de Platón sobre los gigantes demediados que se pasan toda la vida buscando su mitad perdida.

En realidad, la metáfora del árbol es una constante en la poética de Sara (eres conocedora de sus imágenes preñadas de naturaleza) y en la mía, y este "árbol de la vida" fue, en cierto modo, lo que nos unió. Y así llegamos al mito de Baucis y Filemón, el roble y el tilo, que ocupa otro de mis poemas, y a esa idea de transformación mitológica que está presente también en los mitos de Apolo y Dafne y de Alfeo y Aretusa.

Te felicito, una vez más, por tu magnífico comentario. Es un enorme placer recibirte en mis versos. Un fuerte abrazo, estimada Hallie.

Publicado: Jue, 21 May 2015 13:59
por Hallie Hernández Alfaro
Óscar Bartolomé Poy escribió:
Hallie Hernández Alfaro escribió:El poema entero cuenta con mucha hermosura, Óscar. A medida que leemos, la construcción es un ser tan vivo como la audibilidad de los latidos. Prevalece la idea del Ser en dos, en perfección. La corriente lírica-clorofílica avanza sin detenerse -ciclo por ciclo- hasta la unión suprema (cuando la memoria divina era eidética, me ha erizado la piel esa imagen). El final también abre un nuevo viaje, un descenso finito tal vez, un arroparse en las nebulosas manos del inframundo. El Amor es médula irremplazable en tu poética y sus bases intuidas, sus ramajes, sus alteraciones, se me hacen absolutamente cercanas.

Enhorabuena y un gran abrazo.

Tu comentario me hace pensar que tal vez hayas visto 'The Fountain', una de las películas que mayor efecto y repercusión han causado en mi vida y que está detrás de este poema. En efecto, aquí hablo de un viaje (aunque el árbol, en principio, sea la quintaesencia de la inmovilidad, de ahí que en un momento dado emplee el muy hermoso adjetivo "quiescente" para referirme a su sombra), un viaje espiritual cuyo último destino es Xibalbá, la nebulosa de una estrella muerta ("I loved you like the darkness loves the brightness of a dying star", mi lema, el blasón de mi escudo) , el inframundo maya, donde van a dar las almas de los muertos para reencarnarse, completando así el círculo de la vida -ouroboros- en una perpetua palingenesia.

Todos esos símbolos, como sin duda habrás observado, están presentes en mi Poiesis, muchas veces revestidos de mecánica cuántica. Son, digámoslo así, mi locus amoenus.

Déjame decirte que también has sabido captar muy bien una idea capital del poema; a saber, cómo, tras la muerte, dos almas pueden fundirse en una (un solo cuerpo para dos almas, nunca antes tan unidas, nunca antes tan simbióticas), recuperando la famosa fábula de Aristófanes en 'El banquete' de Platón sobre los gigantes demediados que se pasan toda la vida buscando su mitad perdida.

En realidad, la metáfora del árbol es una constante en la poética de Sara (eres conocedora de sus imágenes preñadas de naturaleza) y en la mía, y este "árbol de la vida" fue, en cierto modo, lo que nos unió. Y así llegamos al mito de Baucis y Filemón, el roble y el tilo, que ocupa otro de mis poemas, y a esa idea de transformación mitológica que está presente también en los mitos de Apolo y Dafne y de Alfeo y Aretusa.

Te felicito, una vez más, por tu magnífico comentario. Es un enorme placer recibirte en mis versos. Un fuerte abrazo, estimada Hallie.


La he visto dos veces, Óscar amigo. Y la resonancia espiritual que trae consigo es enorme. La fuente de la vida y sus personajes enlazados, la búsqueda, los polos moviéndose hacia su mitad anhelada (y perfecta). Darren Aronofsky se entregó por entero a la visionaria luminosidad que entrañaba el proyecto, o asi al menos me llegó a mí, su gesta personal en la producción de la película.
Creo recordar que el libro de Eduardo Galeano "Memoria del fuego" influyó también en la gestalt finalmente lograda.

Si, reconozco en tus creaciones esos elementos que mencionas. Hay magia y esperanza en la copa cuántica, en las revelaciones del mito, en el Xibalbá que espera y reúne.

Abrazo grande, querido compañero.

Publicado: Sab, 23 May 2015 10:41
por Óscar Bartolomé Poy
Hallie Hernández Alfaro escribió:
Óscar Bartolomé Poy escribió:
Hallie Hernández Alfaro escribió:El poema entero cuenta con mucha hermosura, Óscar. A medida que leemos, la construcción es un ser tan vivo como la audibilidad de los latidos. Prevalece la idea del Ser en dos, en perfección. La corriente lírica-clorofílica avanza sin detenerse -ciclo por ciclo- hasta la unión suprema (cuando la memoria divina era eidética, me ha erizado la piel esa imagen). El final también abre un nuevo viaje, un descenso finito tal vez, un arroparse en las nebulosas manos del inframundo. El Amor es médula irremplazable en tu poética y sus bases intuidas, sus ramajes, sus alteraciones, se me hacen absolutamente cercanas.

Enhorabuena y un gran abrazo.

Tu comentario me hace pensar que tal vez hayas visto 'The Fountain', una de las películas que mayor efecto y repercusión han causado en mi vida y que está detrás de este poema. En efecto, aquí hablo de un viaje (aunque el árbol, en principio, sea la quintaesencia de la inmovilidad, de ahí que en un momento dado emplee el muy hermoso adjetivo "quiescente" para referirme a su sombra), un viaje espiritual cuyo último destino es Xibalbá, la nebulosa de una estrella muerta ("I loved you like the darkness loves the brightness of a dying star", mi lema, el blasón de mi escudo) , el inframundo maya, donde van a dar las almas de los muertos para reencarnarse, completando así el círculo de la vida -ouroboros- en una perpetua palingenesia.

Todos esos símbolos, como sin duda habrás observado, están presentes en mi Poiesis, muchas veces revestidos de mecánica cuántica. Son, digámoslo así, mi locus amoenus.

Déjame decirte que también has sabido captar muy bien una idea capital del poema; a saber, cómo, tras la muerte, dos almas pueden fundirse en una (un solo cuerpo para dos almas, nunca antes tan unidas, nunca antes tan simbióticas), recuperando la famosa fábula de Aristófanes en 'El banquete' de Platón sobre los gigantes demediados que se pasan toda la vida buscando su mitad perdida.

En realidad, la metáfora del árbol es una constante en la poética de Sara (eres conocedora de sus imágenes preñadas de naturaleza) y en la mía, y este "árbol de la vida" fue, en cierto modo, lo que nos unió. Y así llegamos al mito de Baucis y Filemón, el roble y el tilo, que ocupa otro de mis poemas, y a esa idea de transformación mitológica que está presente también en los mitos de Apolo y Dafne y de Alfeo y Aretusa.

Te felicito, una vez más, por tu magnífico comentario. Es un enorme placer recibirte en mis versos. Un fuerte abrazo, estimada Hallie.


La he visto dos veces, Óscar amigo. Y la resonancia espiritual que trae consigo es enorme. La fuente de la vida y sus personajes enlazados, la búsqueda, los polos moviéndose hacia su mitad anhelada (y perfecta). Darren Aronofsky se entregó por entero a la visionaria luminosidad que entrañaba el proyecto, o asi al menos me llegó a mí, su gesta personal en la producción de la película.
Creo recordar que el libro de Eduardo Galeano "Memoria del fuego" influyó también en la gestalt finalmente lograda.

Si, reconozco en tus creaciones esos elementos que mencionas. Hay magia y esperanza en la copa cuántica, en las revelaciones del mito, en el Xibalbá que espera y reúne.

Abrazo grande, querido compañero.

En efecto. 'The Fountain' fue un proyecto muy personal de Aronofsky, y, como a menudo sucede con las obras maestras, su génesis estuvo en vilo y tuvo que arrostrar numerosas dificultades. Se suspendió el rodaje durante varios años, se redujo el presupuesto previsto inicialmente y se cambió el elenco de actores (para mejor). Como no tenía la certeza de que fuese a hacerse realidad, Aronosky decidió contar esta historia que tanto significa para él en forma de novela gráfica, con la colaboración del ilustrador Kent Williams, y el resultado fue maravilloso. Es un complemento perfecto a la película, y si no lo has leído, te lo recomiendo.

'La fuente de la vida' es una de esas (pocas) películas que se pueden ver una y otra vez y siempre te ofrecerá algo nuevo (un diálogo, un fotograma inundado de luz, un encuadre o un ángulo de cámara con la geometría de un mandala, etc.).

Un fuerte abrazo, Hallie.

Publicado: Sab, 23 May 2015 10:42
por Óscar Bartolomé Poy
J. Paz escribió:Como asomarse a un sueño de los anclados a tierra. Muy hermoso.

Un abrazo y feliz día,

Judit

Algo onírico sí que es, como su referente más cercano.

Me alegro de que hayas disfrutado de su belleza. Un abrazo, Judit.

Publicado: Sab, 23 May 2015 10:42
por Óscar Bartolomé Poy
Rafel Calle escribió:Muy bello poema de Óscar.

Me alegro de que te haya gustado.

Un abrazo, Rafel.

Publicado: Lun, 25 May 2015 9:49
por Óscar Bartolomé Poy
Josefa A. Sánchez escribió:El árbol y el poema completan una simbiosis. La forma misma del poema se me antoja vegetal, poliforme. Se va trasformando en la lectura con una ilusión de crecimiento. Es un árbol-poema-cuerpo habitable y habitado. La música lo complementa a la perfección. Un placer la lectura.
Un abrazo.
Pepa

Has hecho una observación muy aguda. En verdad, la forma del poema es arbórea. Los versos crecen y se expanden como ramas que proyectan sombra. El poema experimenta una evolución orgánica, como yo mismo, como mi poesía y la vida que habita en ella.

Un fuerte abrazo, Pepa, y gracias por comentar.