Pablo Ibáñez escribió:Me gusta mucho Rosa, ya desde el título.
Un abrazo.
Gracias por pasar a leerme, Pablo. Recibe un abrazo.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Joan Port escribió:Rosa Marzal escribió:Ayer me sonrieron
los cipreses de Cormalt
¿los recuerdas, hermano?:
su triste gallardía,
su sobriedad de mártires cobijando
las tumbas oxidadas del tiempo.
Ellos,
dignos guardianes de un crisol
en el que se fraguaban
raíces de metano y mariposas
suicidas.
Mis cipreses de Cormalt,
tan austeros, tan místicos...
¿Recuerdas de qué color era
la renuncia?,
<a¿su rostro?
Ellos sí lo recuerdan;
carraspeaba el silencio
al son de una pregunta
y fingían el gesto
pretextando un embate
del viento
o un dolor seco y hondo
en sus ramas.
Ayer me sonrieron,
hermano,
y al fin pude
proyectar mis desvelos
sobre la majestuosa pulcritud
de sus copas.
Fui la nostalgia reverdeciendo
las crines del adiós,
inseminando
un sol bajo su turbia lengua
donde quedó lacrada
nuestra pálida y febril
adolescencia.
Me encantaron esos versos, un gusto esa nostalgia entre cipreses.
Salud
F. Enrique escribió: Tu poema es delicado y rezuma tristeza, Rosa, no podía ser de otra forma si aparecen cipreses, lo he leído varias veces con verdadero interés, queriendo ir un poco más alla en esa tristeza, en esos recuerdos, transmites la nostalgia, los recuerdos, la complicidad con la que le hablas a tu hermano. Muy bello.
Un saludo.
Pilar Morte escribió:No envías un sólo poema donde no quede atrapada en la sensibilidad y belleza de tus versos., éste transmite nostalgia y cierta tristeza que llegan inmaculados al sentimiento. Felicidades
Besos
Pilar
Ventura Ramos López escribió:Muy bello Rosa. Una imagen que le da título, y que sirve de base a todo el poema. A través de esos cipreses se siente el paso del tiempo, la nostalgia y quizás tambien la alegría, pues finalmente sonríen esos cipreses, al reconocer un tiempo hermoso que de alguna forma, les pertenece tambien, al ser testigos (y casi soporte) de esos pasos. Me parece un poema de reencuentro. Tu talento y capacidad de trascender... Es un placer siempre leerte Rosa.
Un beso grande
Óscar Bartolomé Poy escribió:"Fui la nostalgia reverdeciendo
las crines del adiós,
inseminando
un sol bajo su turbia lengua
donde quedó lacrada
nuestra pálida y febril
adolescencia."
En los últimos versos se concentra la mayor fuerza metafórica de este poema que es un canto a la memoria y a los lazos familiares. Me ha gustado pasear por esas "tumbas oxidadas del tiempo", que son como un suave recorrido por las avenidas de Père-Lachaise.
Un abrazo, Rosa.
curra anguiano escribió:Rosa es una pasada !!!!
Ayer me sonrieron,
hermano,
y al fin pude
proyectar mis desvelos
sobre la majestuosa pulcritud
de sus copas.
Fui la nostalgia reverdeciendo
las crines del adiós,
De pies os aplaudo amiga
mil besos
Curra
Marius Gabureanu escribió:Siempre sorprende la elegancia de tus versos, querida amiga, este poema profundiza sobre columnas de soledad, es como un canto de playas desiertas, me ha encantado, Rosa, recibe mis abrazos y felicitaciones sinceras. Me ha recordado de mi adolescencia, de mis noches entre libros de poesía. Es grande, lo mismo de grande que El roble, escrito por Lucian Blaga. Te admiro, Rosa, y te quiero. Con tu permiso voy a citar el poema del que hablo, porque pienso que merecen estar juntos, como dos eternidades que se han encontrado.
El roble
En la clara distancia siento desde el pecho de una torre
cómo suena el corazón de una campana,
y en los dulces sonidos
se me antoja
que gotas de silencio y no de sangre
son las que corren por mis venas.
¿Por qué, oh roble, en el umbral de la selva,
cuando a tu sombra me acojo
y me acarician tus trémulas hojas,
por qué me vence con alas frágiles
tanta paz?
Imposible saberlo. Tal vez con tu tronco
muy pronto han de hacer mi ataúd.
Y es quizá el silencio que me espera
dentro de mi ataúd el que ahora siento.
Gotea mi alma desde tus hojas
y mudo
escucho crecer en tu tronco el ataúd.
Mi ataúd
creciendo en ti a cada instante que pasa,
oh roble en el umbral de la selva...
Mitsy Grey escribió:Me uno en voz y pensamiento a los poetas que me precedieron, la maestría con que has simplificado la dialéctica entre lo vegetal y lo humano, es asombrosa. Y por supuesto que los cipreses 'sienten' y reproducen nuestras emociones, solo tenemos que saber descifrar su lenguaje, como tú, magistralmente, lo has hecho. Felcidades, poetisa.
Mi abrazo y un beso. Mitsy
Rosa Marzal escribió:Ayer me sonrieron
los cipreses de Cormalt
¿los recuerdas, hermano?:
su triste gallardía,
su sobriedad de mártires cobijando
las tumbas oxidadas del tiempo.
Ellos,
dignos guardianes de un crisol
en el que se fraguaban
raíces de metano y mariposas
suicidas.
Mis cipreses de Cormalt,
tan austeros, tan místicos...
¿Recuerdas de qué color era
la renuncia?,
<a¿su rostro?
Ellos sí lo recuerdan;
carraspeaba el silencio
al son de una pregunta
y fingían el gesto
pretextando un embate
del viento
o un dolor seco y hondo
en sus ramas.
Ayer me sonrieron,
hermano,
y al fin pude
proyectar mis desvelos
sobre la majestuosa pulcritud
de sus copas.
Fui la nostalgia reverdeciendo
las crines del adiós,
inseminando
un sol bajo su turbia lengua
donde quedó lacrada
nuestra pálida y febril
adolescencia.
Rosa Marzal escribió: Fui la nostalgia reverdeciendo
las crines del adiós,
inseminando
un sol bajo su turbia lengua
donde quedó lacrada
nuestra pálida y febril
adolescencia.