Editorial Alaire

Pablo Ibáñez escribió:Pilar,

imágenes muy bien reflejadas de una procesión de viernes santo. Yo también estuve en una en Níjar, Almería, esta Semana Santa y siempre consigue impresionarme, sobre todo los cantos de saetas, tan sentidos, desde los balcones.

Has sabido reflejar muy bien las sensaciones.

Un abrazo.

Pilar Morte escribió:No puedo abrir mis templos
cerrados con candados
que ya no me pronuncian.

Los hombres portan las imágenes
dejando un rastro de luces doradas,
al tiempo que un sonido primitivo redobla insistente y succiona
los cráneos crédulos.

Hay emoción en los corazones, susurros
y silencios que sangran dolor al paso de las cadenas.
Callo, como cuando era niña, sobrecogida en cada respiración,
y me invade el recuerdo vertical del fuego.
No puedo mostrar el cíngulo que un día sujetó la fe
y ahora se refugia en lunas sin fulgor.
Se nubló el aura de la forma
y es una centella todo lo que albergo.

Pasa la dolorosa; el negro y las mantillas,
la imagen madre que amparó mi ciega adolescencia.
Casi me rindo a su ternura, cuando surgieron en la mente
los cantos que hicieron corazón a la garganta.
Entonces la vida era un triunfo
y Dios el paraíso del amor.

Siguen los pasos, le gente vive su fervor o asombro.
Es el Cristo, reconozco el cristal de su mirada,
mientras ruedan los relojes al pasado.

Se hacen ríos ardientes donde se bebe con ávida sed
en manantiales de pasión.

Mi alma se arrodilla
sometida por las raíces.
Me uno al vibrar de los sentidos.
hasta que me sacude la mirada de los últimos ojos
y despierto.

Dialogo con los astros solitarios, con su desnudez de piedra
sin comprender el porqué del mundo
ni cuál es la patria de la muerte.