Publicado: Jue, 26 Mar 2015 18:21
Un hermoso homenaje a nuestro compañero y amigo, Julio. Recibe mi felicitación, Raúl. Un abrazo.
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F. Enrique escribió: Me parece apropiado, Raúl, que hayas dedicado este quijotesco poema a Julio, él nos ha hablado a menudo de justicia y de sueños. Resalto estos versos que nos vuelven a enfrentar con los molinos, ha sido un placer la lectura de este intenso poema.
Un abrazo.
Pilar Morte escribió:Tenía que ir dedicado a Julio, estudioso de la grandiosa figura. Tu poema lo recuerda y lo añora en estos tiempos inestables. Me gustó el poema, su desarrollo y belleza. Felicidades
Besos
Pilar
Miguel Ángel Martínez Góm escribió:Hermosos versos, amigo Raul, para un acertado homenaje.La tristeza está en los ojos de quien contempla la injusticia;
y la nobleza, en quienes son capaces de volverse locos para arremeter, sin descanso,
contra los molinos de viento.
Un abrazo fuerte.
Marius Gabureanu escribió:Celebro esta muestra de amistad, amigo Raúl, es un poema entrañable. Julio es una gran persona, lo podemos tomar como ejemplo de la justicia poética, si se me permite hablar así, y me refiero a su aporte tanto en la creación como en sus comentarios que deja a los compañeros, Julio ,personalmente me ha ayudado mucho a integrarme en el foro, es un poeta muy a mi gusto, por razones que ya se las deje saber, y entonces no puedo sino aplaudir el optimismo de la obra, y decir, a toda voz, ¡ADELANTE! amigos poetas. Muchos abrazos a ambos.
Mitsy Grey escribió:Raul, es un gran poema, sin dudas, donde la locura toma el lugar
de la cordura dormida para obligarla a despertar de su pasividad inoperante ante una sociedad
totalitaria e injusta, en la que estamos inmersos y si ese sueño se hiciese realidad, sería la diáspora de un nuevo mundo y mejor. Magníficamente desarrollado en ese dualismo emocional tan bien planteado por Cervantes, tu poema adquiere la relevancia de un clásico, en tiempos modernos, razón por la cual, me pongo de pie y te aplaudo, poeta. Felicidades, y mi abrazo, compañero.
Mitsy
Ventura Ramos López escribió:Es difícil establecer donde reside la cordura, sino está ligada a un punto de rebeldía. Queman los campos inmensos de Castilla, y aquí me parece que tuestan suavemente al corazón.
Me alegra que Julio figure como reflejo de tu poema y como trasfondo de su mensaje. Además de su labor, su actividad de poeta, su ecuanimidad está siempre presente de manera serena y sólida, tiene toda mi admiración nuestro querido compañero.
Encuentro siempre motivos de emoción en tus versos, búsquedas de una verdad que acaricia o rasga el alma, porque a ella se dirigen y llegan.
Un fuerte abrazo querido amigo (y otro tan grande para Julio)
Hallie Hernández Alfaro escribió:Si, Raúl, es un poema de muchos quilates. Has logrado con la mejor de tus voces un canto justo, bueno, de gran fuerza emotiva. Imposible no proponer una ovación sostenida para agasajar tu gesto.
Abrazos y felicidades, queridos amigos.
J. Paz escribió:Felicidades por este hermoso trabajo, Raúl, que se disfruta de principio a fin. La caricia de esas manos de harina envuelven todos los versos. La emoción y alegría de Julio, totalmente justificada. Bello gesto.
Un abrazo,
Judit
Rosa Marzal escribió:Un hermoso homenaje a nuestro compañero y amigo, Julio. Recibe mi felicitación, Raúl. Un abrazo.
Raul Muñoz escribió:¿ A qué huelen estos campos?
Estaba profundamente dormido
cuando el perfume del monte se coló en mi sueño.
Debió de entrar por la vista, o los oídos, no puedo estar seguro ahora.
Tenía yo la costumbre de olfatear libros, antes del sueño.
No sabría decir a qué olían, sólo recuerdo una figura
que se desvanecía, difuminándose en los poemas.
Fue entonces cuando recosté mi cabeza sobre los montes,
me estiré a lo largo y ancho de aquellos campos, donde nunca se ponía el sol;
solamente se vislumbraba, más allá de los párpados, la tristeza,
la sombra de los que duermen y olvidan
su triste realidad.
Desde que tú apareciste en mi sueño, asegurándome que los campos huelen
a Castilla, ya no puedo continuar dudando del hombre que allí vive, rodeado de monte.
Ahora ya comprendo los motivos, las razones que nos llevan
a la locura. La tristeza está en los ojos de quien contempla la injusticia;
y la nobleza, en quienes son capaces de volverse locos para arremeter, sin descanso,
contra los molinos de viento.
Los que a sí mismos se llaman cuerdos, los que aún siguen durmiendo, no saben
a qué se enfrentan. Una vez despierto, permíteme -dulce amigo-
retirar con suavidad la injusticia, para que más hombres y mujeres vean
su triste figura, el pan en el trigo de tus ojos. Quiero que sientan la bondad,
la caricia de tus manos de harina.
Sepa todo el mundo que seguimos soñando, con la mancha en el corazón,
y que ahora nos toca despertar, hacer realidad el sueño
de aquel ingenioso hidalgo: Don Quijote de la mancha.