Editorial Alaire

Bruno Laja escribió:

Ayer pasó por mi puerta,
vestida de terciopelo;
blanca la piel, negro el pelo
y una sonrisa marchita.
Decían, es una mala mujer.
Mentían. Era una mujer bonita.

José Luis Perales


No te quedes entre Mignola y Bolland,
vete o ven quebrando el surco de la luz asesina,
de la broma de gas. Deja que el pajarito negro
salga de su morada, amoratada noche,
y le eche un pulso al hombre en calzoncillos.
Yo te abro el libro submarino de la muerte,
yo te dejo libre la página de en medio,
yo te hago un busto del tiempo con los ojos
del sufragio inútil; con el dedo tullido
y amarillo de la apoteosis. Yo ya sabía
que la sal es negra, y tú vistes como ella y como yo,
de negro pero en dulce, como si ya desde el nacer supieras
que el cuerpo vive así, muy hondo y sin modales,
sin figuras.
La cuestión es que abrí cosas muy lejos;
un disco, dos tebeos,
triángulos para redondear el hálito
de este pequeño mundo;
acordarme de ti sin presentirlo pero mezclando el hábito de recordar
a una verdad cansada de su gracia y su dolor.
Así he crecido, entre la magia
y la procrastinada orquestación del fin;
con esta inocencia desorientada y fría
como sudor de terciopelo.

Vete o ven, pero haz ése lindo ruido
como de fieltro batiendo contra el cristal rayado.