Editorial Alaire

Rafael Valdemar escribió:

No me busques aquí, no interrogues a mi ausencia.
Estoy lejos, descifrando el enigma de la luz con este corazón
desamparado que sobrevuela el rostro de la noche.
Y me sangran los recuerdos como una cicatriz abierta
en la piel que envuelve a la nostalgia.

Atravieso una ciudad sin nombre, por sus arterias transito,
los semáforos se incendian, calcinan mi voz y roban la palabra.
Me persigue la violencia que habita en sus aceras
y me evado como un caníbal hambriento de tu carne
que naufraga en las cenizas del deseo.

Quizás se me haya agotado el milagro de sentir
que en cada aurora repetida vivía en plenitud
y que ya no regresaré nunca con la fecunda sementera
para cultivar sobre barbechos de esperanza lejanos sueños
que en las hélices de un cometa ayer volaron.

Como una promesa furtiva siempre huyo,
esquivando la soledad que emboscada emerge de continuo.
Y hambreado de caminos, desnudo de horizontes,
espero a que el futuro se haga un grito de justicia, antes
de que el silencio lo devore y sobre el olvido escriba mi epitafio.



Felicidades Rafael por este poema lleno de esperanza. Me ha gustado mucho la estofa marcada, un placer leerte.
Saludos.