Publicado: Dom, 26 Oct 2014 10:56
Muchas gracias Gallardo por el comentario, un placer y un abrazo.
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Manuel Alonso escribió:Desearía creer que hay algo
mas allá de las niñas amarillas de tus ojos.
Que mi cuerpo es un cuerpo de choque
como el tuyo.
Y mi boca, mi boca no garantiza como la tuya
tarifas planas.
Desearía creer que hay algo,
mas allá de la pensión vitalicia,
de la pasión y el amor que nos profesamos.
Mi alma es una presa que aguarda como la tuya
el sacrificio y la ofrenda.
Todo es un silencio de sombras y deseos.
Me gustaría creer que hay algo,
que pudiera justificar tanta fe y tanto temor
en esta piel, en esta piara de mármol.
Pero en este país ya no hay salvoconductos.
El hombre ya no mira por nosotros.
Manuel Alonso escribió:Desearía creer que hay algo
mas allá de las niñas amarillas de tus ojos.
Que mi cuerpo es un cuerpo de choque
como el tuyo.
Y mi boca, mi boca no garantiza como la tuya
tarifas planas.
Desearía creer que hay algo,
mas allá de la pensión vitalicia,
de la pasión y el amor que nos profesamos.
Mi alma es una presa que aguarda como la tuya
el sacrificio y la ofrenda.
Todo es un silencio de sombras y deseos.
Me gustaría creer que hay algo,
que pudiera justificar tanta fe y tanto temor
en esta piel, en esta piara de mármol.
Pero en este país ya no hay salvoconductos.
El hombre ya no mira por nosotros.
Estimado amigo Manuel, te pido disculpas, ando muy mal de tiempo, pero no tengo perdón por no haber reparado en lo bien que escribes, me gusta, Manuel también a ti te acompañan musas hermosas, te felicitoManuel Alonso escribió:Desearía creer que hay algo
mas allá de las niñas amarillas de tus ojos.
Que mi cuerpo es un cuerpo de choque
como el tuyo.
Y mi boca, mi boca no garantiza como la tuya
tarifas planas.
Desearía creer que hay algo,
mas allá de la pensión vitalicia,
de la pasión y el amor que nos profesamos.
Mi alma es una presa que aguarda como la tuya
el sacrificio y la ofrenda.
Todo es un silencio de sombras y deseos.
Me gustaría creer que hay algo,
que pudiera justificar tanta fe y tanto temor
en esta piel, en esta piara de mármol.
Pero en este país ya no hay salvoconductos.
El hombre ya no mira por nosotros.