Editorial Alaire

Estimado Bruno, estos versos calan hondo. Engendran un sentimiento de abatimiento, pero (en mi mirada al menos) tambien de secreto placer. Quizás difícil medir la hondura que deja el peso de un cuerpo (tu definición en los versos finales es simplemente grandiosa), pero quizás tambien enorme la marca de haber recorrido y haber sido itinerario en la travesía infinita de haber amado.

Un fuerte abrazo, excelente trabajo, me encantó.

Te agradezco mucho, F. Enrique. Es cierto, tristeza, oscuridad, pero es la consecuencia de no concebir ninguna prisión. Reconocer la materia del amor, la madera del amor, en todas las formas, pero no amar sus formas por encima de su materia, no apartarse de su materia, no empezar a desconocerla lentamente. Sufrir con sus formas, pero saber que es amor, sentir el vacío de sus formas, y quedarse, acariciando su materia, comida por su forma, por su paisaje, por su cansancio. Me cuesta mucho, especialmente este poema, transmitir lo que lo impulsó. Un placer tu presencia, F. Enrique. Recibe un fuerte abrazo.

Ventura, muchas gracias. Sí, un dolor reconocible, que acompaña. Abrazo grande.

Hermoso e interesante trabajo de Bruno.