Editorial Alaire

Bruno Laja escribió:Llévame a la nube rota,
donde no existe más que lo acabado.
El vapor grueso cubre sin florituras
la lámina del rostro, y sus fisuras
terminan en vocales como ondas perdidas,
desgajadas.
La nube rota saca del féretro una mano inconmovible
que me acaricia y me termina;
me dice distraídamente, alma, corazón
borroso genital de la tormenta pura.
Me lo susurra al oído dispersado por su aliento
de azufre algodonoso,
y yo me miro los dedos liberados,
y a las colas sangrientas de sus nervios
les digo adiós con mi palma rota
donde la nube se asienta,
se completa,
te trae por un momento
de dolor y júbilo.