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Re: Domingo

Publicado: Dom, 25 May 2014 10:20
por Ramón Carballal
Óscar Distéfano escribió:
Ramón Carballal escribió:A menudo son las sombras quienes
me hablan. La lentitud del albor,
la luz y su magia, los pasos suaves
del silencio. Yo sé que la fugacidad
crece, se engalana como una amante,
fluye como un viejo río que desdeña
el abrazo. Estos días son para mi la memoria
que revive el tránsito infantil del amor,
la caricia insobornable de los labios húmedos,
el transcurrir ojeroso de las noches invictas,
la suerte de un éxtasis que parte las cadenas
del frío. Las mañanas esconden humo de café
en las preguntas, el dulzor que forma nubes
de vida en los osarios deja un pálido confín
en tu mirada. Domingo de arrabal, canto
de pájaros rojos en las esquinas del ático,
rumor de olas sin mar, instante que finge ser
la insólita verdad del paraíso.

Yo pienso que tu obra poética es un verdadero diario de tu vida. Tienes la sensibilidad y el talento para hacernos sentir lo que tú sientes ante los más triviales sucesos de los días. Este "Domingo" es una muestra fehaciente de la riqueza intelectiva y emocional que te suscita la mera observación de la existencia. Aplaudo este hermoso trabajo de un poeta ya consolidado.

Un abrazo.
Óscar
Muchas gracias, Óscar, por tu amable comentario. Un abrazo.

Re: re: Domingo

Publicado: Dom, 25 May 2014 10:21
por Ramón Carballal
Nimaos Llombart escribió:Siempre mi estimación y aprecio al valor de tu obra, amigo Carballal. Me da gusto volver sobre esta magnifica lectura para celebrar contigo.


Un abrazo.


O. Llombart.
Gracias por tu generosidad. Un abrazo, Osmani.

Re: Domingo

Publicado: Dom, 25 May 2014 10:22
por Ramón Carballal
Minona McEwen escribió:
Ramón Carballal escribió:A menudo son las sombras quienes
me hablan. La lentitud del albor,
la luz y su magia, los pasos suaves
del silencio. Yo sé que la fugacidad
crece, se engalana como una amante,
fluye como un viejo río que desdeña
el abrazo. Estos días son para mi la memoria
que revive el tránsito infantil del amor,
la caricia insobornable de los labios húmedos,
el transcurrir ojeroso de las noches invictas,
la suerte de un éxtasis que parte las cadenas
del frío. Las mañanas esconden humo de café
en las preguntas, el dulzor que forma nubes
de vida en los osarios deja un pálido confín
en tu mirada. Domingo de arrabal, canto
de pájaros rojos en las esquinas del ático,
rumor de olas sin mar, instante que finge ser
la insólita verdad del paraíso.
Hermoso poema, como siempre, no bajas el nivel de tu poesía siempre muy alto. Un abrazo de domingo
Gracias, Margarita, eres muy amable. Un abrazo.