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Publicado: Mar, 13 May 2014 20:47
por Ventura Morón
Rosa este mundo tuyo, que trazas con ese carril de versos que dan ansías de recorrerlos, no parar y aspirar esa luz que dejan, y adentrarse tras ese espejo donde esperan el puñal y la rosa, el veneno y su remedio...es un placer sumergirse en la aventura de leerte.
Un beso amiga
Publicado: Jue, 15 May 2014 2:00
por Josefa A. Sánchez
Como notas en un pentagrama de dolor, pulsando un crescendo altamente lírico. Me ha encantado el poema.
Un abrazo.
Pepa
re: No vengas... (tempus fugit)
Publicado: Jue, 15 May 2014 4:04
por José Manuel F. Febles
Hermosa evocación en un poema pleno de aciertos líricos, pleno de fondo y forma, escrito con un criterio propio, muy poético. Mis felicitaciones sinceras.
Un cordial abrazo desde México, de un Canario.
José Manuel F. Febles
Re: No vengas... (tempus fugit)
Publicado: Jue, 15 May 2014 10:20
por Minona McEwen
Rosa Marzal escribió:Otra noche no vengas
a envenenar de sur
mi norte blanco.
No, duende, no,
no vengas
a enredar mis cabellos
en las tiernas falanges
de tu alma.
No me conviertas
en mártir de las sombras.
Quise mirar atrás:
me volví lágrima
y alguien tatuó
un palíndromo
de flores negras
en mi pensamiento.
Hoy mi vestido de piedra
ya no pesa,
ni mengua en mí
esta luna de gigantes.
No dejaré
que me amamanten
lobos de nostalgia.
He de seguir en pie;
caminar
sobre raíles de luz
inmarcesible.
He de virar al norte
mi canto
aunque estas alas se achiquen
por el frío
y el tiempo nieve en mis huesos
muertes ampas.
No regreses a mí jamás.
No siembres
de raíces amargas
esta rosa volátil
de mi sangre.
Estupendo poema,lleno de imágenes sugerentes. Un saludo.
Re: No vengas... (tempus fugit)
Publicado: Jue, 15 May 2014 17:08
por Óscar Distéfano
Rosa Marzal escribió:Otra noche no vengas
a envenenar de sur
mi norte blanco.
No, duende, no,
no vengas
a enredar mis cabellos
en las tiernas falanges
de tu alma.
No me conviertas
en mártir de las sombras.
Quise mirar atrás:
me volví lágrima
y alguien tatuó
un palíndromo
de flores negras
en mi pensamiento.
Hoy mi vestido de piedra
ya no pesa,
ni mengua en mí
esta luna de gigantes.
No dejaré
que me amamanten
lobos de nostalgia.
He de seguir en pie;
caminar
sobre raíles de luz
inmarcesible.
He de virar al norte
mi canto
aunque estas alas se achiquen
por el frío
y el tiempo nieve en mis huesos
muertes ampas.
No regreses a mí jamás.
No siembres
de raíces amargas
esta rosa volátil
de mi sangre.
Siempre es un gran placer leer un trabajo tuyo. No defraudas nunca. Aquí expones sin rodeos la fuerza insobornable de tu espíritu, el amor por la vida. Poema del alma.
Un gran abrazo, amiga.
Óscar