Editorial Alaire

Minona McEwen escribió:

Ramón Carballal escribió:Aspira el silencio a ser sólo silencio.
Manos abiertas como golondrinas sin futuro
rondan la memoria de este día incólume.
Allí estás tú, con los huesos de nieve
posados sobre la vida que aún no te ha
vencido.¿Por qué nadie escribió en las
laderas del mito lo que vendrá, las dudas
y el temor de un colibrí que aletea frenético,
como si en un pase de magia el desbocado
corazón buscara la rotundidad del aire,
el mar inmenso, los ríos de plata que
afuera iluminan? Hoy, madre, no podrás
enseñarme la piel del agua, ni el episodio
breve de tu sonrisa, ni tampoco el timbre
de una voz que ruega por la esperanza
o por la luz misteriosa del cenotafio.

Como siempre es un placer enorme disfrutar de tus poemas. Un gran abrazo.

Essia Sanz escribió:Que profundudad.
Mas allá del alma calas en la entraña, en lo recondito..amo el.silencio.Es bueno..es la otra parte de la melancolía. ...

Guillermo Cuesta escribió:Ahí esta vigente el amor de madre dando validez a cada silencio
y esperanza a los misterios de la vida y de la muerte ejerciendo
su vigor y su poder en la ultratumba que aún está a la espera.

Qué vibrar de nostálgica mirada en cada imagen de estos versos.

un abrazo

Ana Muela Sopeña escribió:Inmenso poema, Ramón.

Belleza y profundidad en todos los versos.

Todo el poema es rotundamente bello.

Está lleno de sentimiento y de grandes metáforas que traspasan el corazón.

Felicitaciones
Un beso
Ana