Editorial Alaire

Josefa A. Sánchez escribió:No se si es más peligroso quien más teme, pero parece que la experiencia ha demostrado que si. Me ha gustado el poema.

Un abrazo.
Pepa

Guillermo Cuesta escribió:No por tenerle miedo al miedo el miedo es más valiente
que tú y que yo, que nos vestimos de poetas
sin vislumbrar por dónde van los tiros o vienen los fusiles.
A veces, las palabras hieren tanto como los proyectiles.
La piel es débil y, si la mente se contagia,
no ofrece resistencia contra el depredador que la domina.
Un valle sigue abierto en cada tentación para enterrar los desperfectos
esclavos de la mano y de la sangre sustantivas.
No pueden las laderas renunciar al aquelarre que bulle más arriba,
donde los riscos son como de losa mortuoria
y resbalan las lágrimas como lluvia de hielo y de dolor.
No por disimular la cobardía miente.
Sin recapacitar en demasía, no escapan del peligro las precipitaciones ilusorias
ni rechaza la duda la mentira.
Si el miedo es quien oprime los gatillos
yo no quiero luchar en esa guerra fratricida
en la que gana siempre el más osado.

Jerónimo Muñoz escribió:¡Perfecto, Guillermo!
Envolviendo el tema de la frontera entre el miedo y el valor —magníficamente tratado—, nos encontramos con un poema lleno de ritmo en el que la combinación de 5-7-9-11 no se pierde nunca, lo que le confiere una bella fluidez, a la vez que nos habla de un autor impuesto en la musicalidad del verso y conocedor de una técnica poética que convierte en fácil lo difícil.
Recibe mi más cordial enhorabuena por tu creación y un fuerte abrazo.
Jerónimo

Minona McEwen escribió:

Guillermo Cuesta escribió:No por tenerle miedo al miedo el miedo es más valiente
que tú y que yo, que nos vestimos de poetas
sin vislumbrar por dónde van los tiros o vienen los fusiles.
A veces, las palabras hieren tanto como los proyectiles.
La piel es débil y, si la mente se contagia,
no ofrece resistencia contra el depredador que la domina.
Un valle sigue abierto en cada tentación para enterrar los desperfectos
esclavos de la mano y de la sangre sustantivas.
No pueden las laderas renunciar al aquelarre que bulle más arriba,
donde los riscos son como de losa mortuoria
y resbalan las lágrimas como lluvia de hielo y de dolor.
No por disimular la cobardía miente.
Sin recapacitar en demasía, no escapan del peligro las precipitaciones ilusorias
ni rechaza la duda la mentira.
Si el miedo es quien oprime los gatillos
yo no quiero luchar en esa guerra fratricida
en la que gana siempre el más osado.

Felicidades por tan hermoso e interesante poema. Un saludo.

Cecilia Martos escribió:A veces, las palabras hieren tanto como los proyectiles.


Así es, la palabra es un arma, y tú sabes muy bien utilizarla, ha sido un placer la lectura de este gran poema, un fuerte abrazo, Poeta.

Cecilia

Concha Vidal escribió:"...
Si el miedo es quien oprime los gatillos
yo no quiero luchar en esa guerra fratricida
en la que gana siempre el más osado.. ."


Pues yo tampoco Guillermo, yo tampoco, y eso que soy osada, pero para ésto... como que no, ¿o precisamente somos los osados los que osamos tener la osadía de decir no?

Ahí dejo la pregunta.

Abrazos marinamente alicantinos.
_________

Carlos Justino Caballero escribió:Guillermo Cuesta, El oficio en la palabra bien dicha!! Un placer de lectura, amigo poeta!

Hallie Hernández Alfaro escribió:Me había perdido La piel débil, querido Guillermo.
Tus versos son puntas finas que alcanzan médula y consciencia. Hermoso trabajo, si señor.

Abrazos.

Víctor F. Mallada escribió:Muy bonito el poema, Guillermo.

Me resulta un tema bien desarrollado y rítmicamente agradable, con un cierre magistral.

En cuanto a la formalidad, he tenido que releer algunos versos, porque tropiezo en su lectura (sintaxis, puntuación…). Por si sirve.

Un abrazo, poeta.


Víctor