Ciudad Juárez

[Rosa Marzal]

"Y el pulso del amor se haga luz". Hermoso final. Ojalá sea así. Un poema que destapa el drama de muchas mujeres en esa parte del mundo. Mis felicitaciones, Ana. Un abrazo para ti.

[jorge muñoz]

Ana. Tu poema denuncia nunca será en vano. Las voces como la tuya son necesarias para que el mundo sepa lo que ocurre, en este caso en Juárez y antes en muchas partes del mundo, donde las mujeres, son vistas como cosas y no como personas dignas de todo amor, de toda dignidad. Un abrazo amigo y mi deseo de un buen año para vos.

[Ramón Carballal]

Sin que por ello pierda un ápice de fuerza la necesaria denuncia, es un poema hermoso. Felicidades por él y un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Pilar, por tu huella amiga.

Un beso
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, J.J.:

Tus palabras sobre este poema me llenan de alegría a pesar de lo crudo del tema.

¿Cómo podría pararse esta masacre?

Yo no lo sé, pero hay que investigar...

Un beso
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco mucho, Gerardo, tu paso por estos versos de denuncia.

Un beso, poeta
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Guillermo:

Gracias por tus palabras.

Besos
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Rosa, así es...el deseo de que el amor no se empareje con la posesión, los celos y la violencia. Que el amor se llene de protección mutua y luz.

En estas cuestiones parece que todavía no hemos pasado de la época de los dinosaurios.

Un beso
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Jorge.

Que no sean en vano nuestras voces...

Un beso
Ana

[Rafel Calle]

Hermoso y comprometido poema de Ana.

[E. R. Aristy]

¿Te imaginas la proliferación de este barbarismo recurrente en Ciudad Juárez? Creo que dejé hacen tres años de escuchar los reportes de las masacres sufridas allí. Era un cumpleaños que terminó con la sangre corriendo por las aceras. Cabezas ruedan, los criminales peores los sueltan de noche, son lobos hambrientos de mal...Ha un certamen con este tema de Ciudad Juárez en el Internet. Es una patología espiritual lo que ocurre, Ana. El grado de corrupción a todos los niveles, en todas las instituciones. El ciudadano común está enfermo de miedo y desesperanza. Todo esto me recuerda a «La ciudad de Dios», un barrio en Brazil donde la vida no vale nada...donde los niños matan, y el demonio de las drogas es rey. Gracias Ana por ser parte de la denuncia y de la curación. Abrazos, ERA