Oración a la madre

[Ramón Carballal]

Muy buenas imágenes que he disfrutado. Un abrazo.

[E. R. Aristy]

A ritmo de trance
cae mi sombra depilada de la noche
y hasta tengo buitres en la saliva, madre.
Un profundo olor a dios ahogado se desliza por las ventanas
y envuelto en sábanas que momifican el alma
aún espero como un candelabro en la sala vacía de mi propio ser
que alguien prenda fuego a los sueños.
¿Dónde están las olas de lino que curaban la enfermedad de las yeguas,
la masacre de los robles en sus ojos de vidrio,
en qué mar de tu bondad?
Ha venido el frío que se alimenta de órganos de monje
a desvestir de nidos el abrupto valle de la garganta
con sus hiedras de aguardiente
y el azúcar de mi sangre va para las yeguas.
A ritmo de trance me adhiero a la cruz de la nada.
De la infancia recuerdo algunas espigas
y las espigas recuerdan de mí la hoz.
Apura, madre, las bestias que tienes encerradas entre las manos.
Hay un ángel vasto que devorar, el último que me queda.

Un poema impecable! Tu poesía me conmueve, Marius. ERA

[Bruno Laja]

Oración y trance. Yo creo que son dos palabras que van ligadas a tu alma. El alma es una madre también. Me dices con tu poema que habría que aligerar lo sagrado para entrar de verdad en Dios, para recuperar nuestros recintos. ¿ Te imaginas una realidad en la que el hombre adulto volviese a eso que llaman útero y descubriese que el huevo es más grande que el mundo ?. Abrazo enorme, amigo.

[Rafel Calle]

Muy bello poema de Marius.

[C.P. Fernández]

Apura, madre, las bestias que tienes encerradas entre las manos.
Hay un ángel vasto que devorar, el último que me queda.

Tremendo final para un gran poema, Marius.

Un abrazo.

[Marius Gabureanu]

Luis, muchas gracias, querido amigo, por leer y dejar huella, me alegro que te ha gustado el poema y el cierre que destacas. Mis abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un poema hermosísimo, potente, a la madre, a esa madre de todos los poemas que son sus hijos.
Simplemente espectacular.... como siempre.

Un fuerte abrazo, amigo Marius.