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Mil gracias, Rosa. Tu presencia en esta playa es muy querida por mí. Besos.Rosa Marzal escribió:Y es esa capacidad de soñar la que da alas, la que nos alienta a seguir caminando a pesar de los tropiezos del camino con la mirada dirigida al horizonte. Precioso poema, Roberto. Mis felicitaciones Un abrazo.
Tu comentario enriquece, sin duda, el poema. Gracias por tu afán.Arturo Rodríguez Milliet escribió:Volar por encima de los estragos que la propia inocencia dejó...
Cuanta sabiduria encierra esta aparentemente simple invitación a soñar. Si algo nos mantiene anclados en una realidad hostil, es precisamente el peso del dolor y la culpa, consecuencias concatenadas de cuanto hicimos inocentemente, sin conciencia. Por esta razón, poeta, tu invitación a soñar es válida, porque liberas al viajero del lastre escencial... ese es el verdadero aporte que das en este hermoso poema. Gracias.
Un abrazo
Hallie Hernández Alfaro escribió:Coincido con los compañeros en la enormidad y lucidez de tu trabajo, Roberto.
Qué bueno es contar con tu presencia sensible y brillante en esta casa de poesía.
Un abrazo con los mejores deseos para la Navidad y el Año Nuevo.
Victoria Texal escribió:Sí, lejos del dolor y de la culpa, se encuentra la paz. ¡Ah! La paz.
El horizonte es el punto más lejano que alcanza a ver cada mirada.
Me ha gustado estar a tu lado leyendo tu poema.
Salud
ROBERTO LÓPEZ escribió:Sueña. Sueña.
El horizonte no es más
que una raya trazada
en un papel en blanco.
Sueña. Prepara un vuelo azul
-tibia sonrisa, sin rencores-,
una maleta llena de poemas,
un ancho cuenco donde quepan
tan sólo las verdades.
Sueña. Repare tu mirada
las cárcavas de la desolación,
serene los volcanes
que sembró la mentira.
Y en paz, bajo la cálida
caricia de Apolo,
sueña que vuelas y eres libre
del dolor y la culpa,
de los estragos que la propia inocencia
dibujó en el papel.