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Gracias Guillermo, después de cualquiera de tus comentarios, parece que el poema sea mejor,Guillermo Cuesta escribió:Así es tu entrega al amor, como si nada que pueda pesar o medir,
es decir en alma, en la que el amor hace cama y vive y muere y resucita...
Así es tu poema, toda alma y lírico sentir.
Un abrazo
Sandra Gª Garrido escribió:y te desnudaste,tan visceral, naces de la entraña y te entregas
sin tapujos, toda tú y lo haces asi de bello:
me despojaría de la piel si hiciese falta
para recibirte - si cabe- más desnuda,
los reflejos de sol depositados,
los rayos olvidados por la luna,
y todo el peso de los días,
junto a tanto cansancio acumulado,
precioso.. un besazo
Uaooooo, Bruno me gustó mucho tu comentario, amigo. Eso de "intimidad" y de" vencer un confín" , me gustaría, una lo intenta, no deja de intentarlo. Y, te agradece que tus ojos tengan la luz para verlo. Un placer para mí que te acerques a estas cosas.Bruno Laja escribió:Impresiona, no sólo la entrega, la desposesión total; hay algo más, el brillo en el que se asienta la voz, la intimidad salvaje de quien ha vencido un confín. Ha sido un auténtico placer de lectura.Un fuerte abrazo,Carmen.
Muchas gracias, Antonio por pasarte y comentar. Te diré que ya firmaría yo con gusto eso de;Antonio Urdiales escribió:Así, con la entrega que nace desde el centro y reparte sus ondas sísmicas hasta la epidermis, esa es la entrega, sin duda. Claro que, a diferencia de mí, tú lo dices mucho más poético y bello.
Un abrazo.
Marisa Peral escribió:Carmen López escribió:
Desnuda.
¡¡Qué maravilla!!
Es esa entrega absoluta, con la mente virgen y sin obstáculos ede ninguna clase.
Qué bien lo defines y lo defiendes, Carmen. Un auténtico placer leerte.
Abrazos.
Esto sí merece una "rojita"
Carmen López escribió:Desnuda.
No ves que a tu lado yo quiero estar desnuda,
hasta despojarme de toda la ropa de mi cuerpo,
para ofrecerme así, inocentemente desnuda,
como si fuera imposible tenerme más desnuda.
Yo quitaría si hace falta el viento agitando mis cabellos,
la sombra que acompaña a mi cuerpo,
el tacto ardiente de mis manos,
las palabras amables de mi voz,
aún, del corazón quitaría su latido
la sangre que fluye de mis venas,
no dejaría ni una sola de mis lágrimas,
ninguna huella, ninguna mácula,
me despojaría de la piel si hiciese falta
para recibirte - si cabe- más desnuda,
los reflejos de sol depositados,
los rayos olvidados por la luna,
y todo el peso de los días,
junto a tanto cansancio acumulado,
y estar así –contigo-, más desnuda a tu lado,
vulnerable , entregarme a ti, totalmente desnuda,
entregarte mi estupor, ese pudor de infancia,
tan frágil en tus brazos
como si ya nunca hubiese sido antes.
Gracias Pablo, por venir, por comentar, por dejar tu huella en el poema. Visité tu blog, me encantó, todo en él, hasta las fotos. (me encanta Antonio López).Pablo Ibáñez escribió:Carmen,
me gusta mucho, amiga. No siempre es fácil desnudarse totalmente delante de alguien. Esa ambición de totalidad le da al poema la originalidad requerida y nos lleva por una bella senda de emoción y ternura.
Un abrazo.
Esta vez estaba pensado, me refiero a la repetición del vocablo desnuda, y lo primero que se me ocurrió fue el cierre del poema, pues es exactamente lo que quería decir. Uno debería tener la capacidad de resetearse, de ser de nuevo. El término desnuda aquí no tiene más connotación que tener esa capacidad.Óscar Distéfano escribió:Carmen López escribió:Desnuda.
No ves que a tu lado yo quiero estar desnuda,
hasta despojarme de toda la ropa de mi cuerpo,
para ofrecerme así, inocentemente desnuda,
como si fuera imposible tenerme más desnuda.
Yo quitaría si hace falta el viento agitando mis cabellos,
la sombra que acompaña a mi cuerpo,
el tacto ardiente de mis manos,
las palabras amables de mi voz,
aún, del corazón quitaría su latido
la sangre que fluye de mis venas,
no dejaría ni una sola de mis lágrimas,
ninguna huella, ninguna mácula,
me despojaría de la piel si hiciese falta
para recibirte - si cabe- más desnuda,
los reflejos de sol depositados,
los rayos olvidados por la luna,
y todo el peso de los días,
junto a tanto cansancio acumulado,
y estar así –contigo-, más desnuda a tu lado,
vulnerable , entregarme a ti, totalmente desnuda,
entregarte mi estupor, ese pudor de infancia,
tan frágil en tus brazos
como si ya nunca hubiese sido antes.
Ante la claridad del mensaje, valoramos con mayor simpatía la forma en que lo dices y el sentimiento de autenticidad que nos llega. Coincido en que el cierre es una guinda. También quiero destacar el recurso de repetición del vocablo "desnuda": le ha conferido al poema un dejo obstinado que nos persuade de su franqueza. Ha sido muy grato, amiga.
Un abrazo.
Óscar
Israel, lo que es hermoso es tu comentario, te lo aseguro y seguro que te dirán cosas mucho más hermosas. No creo que mi poema sea hermoso, sincero sí, yo aducía en el poema a tener la capacidad de ser de nuevo, creo que es muy importante, tirar los lastres, creer, no recordar el cansancio ni las cicatrices, ser de nuevo...Israel Liñán escribió:Carmen, leí el poema casi al momento de publicarlo en el foro y si he tardado tanto en comentar algo sobre él es porque quería volver a leerlo pasado unos días, más despacio, para saber si la sinceridad, el sentimiento, la envidia por saber que nunca nadie me dirá algo tan hermoso, si todo lo que sentí al leerlo se repetía, y que te voy a decir compañera... me gusta más.
Un abrazo.