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Gracias Óscar. Muy amable por el comentario.Óscar Distéfano escribió:Excelente poema. Ha sido un verdadero placer pasar por aquí.
Un abrazo grande.
ÓSCAR
Ricardo José Lascano escribió:Hermosísima poesía que he disfrutado. Te dejo un abrazo cordial. RJL
Pilar, me alegra verte de nuevo. Gracias por tu comentario tan bonito.Pilar Morte escribió:Qué estupendo paseo por esa calle. Ha sido un placer seguir tus hermosos versos.
Besos
Pilar
Nésthor Olalla escribió:Espléndido poema nos dejas, compañero. Ha sido un gusto asomarme a tus letras.
Un abrazo.
Antonio Urdiales escribió:Un sensacional poema que me ha llevado de paseo por esa calle que transcurre desde la plaza hasta la esquina.
Ha sido un placer descubrir tus letras.
Un abrazo.
Israel Liñán escribió:Me gustó mucho esa calle, con sus sensaciones, sus olores, la espera, y cómo se adentra en la noche...
Un abrazo.
Carmen López escribió:Magnífico poema Ignacio, me ha gustado mucho esa calle y la sombra que proyecta.
Un abrazo.
Carmen
Gracias Celia, aprecio tu nota.CELIA PUERTA escribió:Me ha gustado mucho. Un placer pasar por tu calle.
Un abrazo.
Ignacio Mincholed escribió:...
La calle sin tu presencia es un trámite, una mentira,
es un tumulto de sombras que la ocupan
en tránsitos que no importan a mis ojos en vigilia.
Me distrae algún chiquillo, una hoja, una risa, un ciego,
y quizá - me tortura - te perdí en un parpadeo,
en un guiño breve al mirar a un gato beber
en los charcos de esas aguas funerales
que las noches guardan hasta que el sol las arrebata
de las llagas en los cuencos adoquines,
granito que pronuncia el nombre de tus tacones.
Esos que me advierten de tu fragancia previa a tu silueta
entre aromas a riego, a cal, a cristal, a goma, a sal,
y entre ellos tu piel siena efervescente de luna
en ese recto caminar, vaivén hipnótico contra el azul.
Y no vienes, o no llegas.
Y los bares van cerrando.
Despunta un brillo de brasas en la laguna de grises
y no has caminado la calle desde la plaza hasta la esquina
y aun así huele a naranjos desprendidos de tu cintura
ayer, u otra noche; no recuerdo, aquella única y perfecta
en que tu nuca dejó a su paso mi imaginación en quiebra.
Amanece más
y alargada en soledad cubre tu calle mi sombra.
...