Re: El hombre de las piedras
Publicado: Mar, 25 Jun 2013 22:19
Trabajo con piedras, que encuentran en mis manos
una geometría parecida al fracaso.
Tengo muchos clientes, familias felices que quieren muros altos
para vincular los egos a la absurdidad de los amaneceres
en los pozos sin agua.
Lo que dibujo es un mapa de cicatrices sobre el cual
orinan los perros, descansan las bicicletas
y arañas hembra succionan la fertilidad de la seda lumínica.
¿Quien leerá estas lágrimas que no definen la forma de lo que es perderte,
que abrazan adhesivos y sufren golpes de martillo?
Se me escapan los abrazos como fieras domadas
que no saben sobrevivir fuera de su jaula.
Que no vengan los ladrones de cuerpos, porque no estoy en la tumba.
Mis dedos tocan tu pubis a veces en el granito
y despiertan su indiferencia ante la lluvia de carne
y el granito se vuelve más granito
y los dedos menos dedos y más alma que no puede evitar
sentir lo áspero de la ausencia, como besos enterrados y sin cruces.
.......................................................................................................................
Sabedor de que tu idioma principal no es el castellano, ciertamente, me asombras en cada entrega, amigo Marius.
Desde que entraste en Alaire, tus trabajos han gritado que tienes un ingenio metafórico fuera de lo común; tu estilo es poderoso, arrojado, se impone con mucha convicción.
En la cuestión rítmica es donde más me ha parecido que tenías que mejorar. Sin embargo, en tus últimas obras ya noto una mejoría que se manifiesta de forma palpable en el poema que nos ocupa. Efectivamente, creo que El hombre de las piedras, es una muestra de trabajo rítmicamente notable en un poema de verso multimétrico (verso libre).
Te voy a hacer unas sugerencias que, precisamente, en general, aplicas en tu poema, lo hago porque no sé si lo has hecho adrede, así que ahí van:
Perseguir la estética del verso, sea largo, medio o corto, la cuestión es que el verso pueda sobrevivir sintácticamente sin la ayuda de otro verso, aunque tengan continuación por medio del encabalgamiento.
El encabalgamiento tiene que permitir la pausa versal; es una figura que debe ser sorpresiva, también tiene que permitir que el verso tenga sentido sin el encabalgamiento y, sin embargo, el sentido continúe con el siguiente verso. Por ejemplo:
“Lo que dibujo es un mapa de cicatrices sobre el cual orinan
los perros, descansan las bicicletas”
Orinan los perros”, en este caso resulta realzado.
Evitar en lo posible las partículas seguidas (a, de, los, mi, tu, que, se…), intentar sustituirlas por un elemento aglutinador, sorpresivo.
Dentro del verso, sobre todo, en el verso largo, acotar la sintaxis entre pausa y pausa, entre cualquier pausa (los signos de puntuación, la pequeña pausa por cambio de sentido, después de una preposición, conjunción…).
Yo quitaría la coma del primer verso. ¿Quién (con tilde) leerá…
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, buen poema, compañero.
Un cordial abrazo.
una geometría parecida al fracaso.
Tengo muchos clientes, familias felices que quieren muros altos
para vincular los egos a la absurdidad de los amaneceres
en los pozos sin agua.
Lo que dibujo es un mapa de cicatrices sobre el cual
orinan los perros, descansan las bicicletas
y arañas hembra succionan la fertilidad de la seda lumínica.
¿Quien leerá estas lágrimas que no definen la forma de lo que es perderte,
que abrazan adhesivos y sufren golpes de martillo?
Se me escapan los abrazos como fieras domadas
que no saben sobrevivir fuera de su jaula.
Que no vengan los ladrones de cuerpos, porque no estoy en la tumba.
Mis dedos tocan tu pubis a veces en el granito
y despiertan su indiferencia ante la lluvia de carne
y el granito se vuelve más granito
y los dedos menos dedos y más alma que no puede evitar
sentir lo áspero de la ausencia, como besos enterrados y sin cruces.
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Sabedor de que tu idioma principal no es el castellano, ciertamente, me asombras en cada entrega, amigo Marius.
Desde que entraste en Alaire, tus trabajos han gritado que tienes un ingenio metafórico fuera de lo común; tu estilo es poderoso, arrojado, se impone con mucha convicción.
En la cuestión rítmica es donde más me ha parecido que tenías que mejorar. Sin embargo, en tus últimas obras ya noto una mejoría que se manifiesta de forma palpable en el poema que nos ocupa. Efectivamente, creo que El hombre de las piedras, es una muestra de trabajo rítmicamente notable en un poema de verso multimétrico (verso libre).
Te voy a hacer unas sugerencias que, precisamente, en general, aplicas en tu poema, lo hago porque no sé si lo has hecho adrede, así que ahí van:
Perseguir la estética del verso, sea largo, medio o corto, la cuestión es que el verso pueda sobrevivir sintácticamente sin la ayuda de otro verso, aunque tengan continuación por medio del encabalgamiento.
El encabalgamiento tiene que permitir la pausa versal; es una figura que debe ser sorpresiva, también tiene que permitir que el verso tenga sentido sin el encabalgamiento y, sin embargo, el sentido continúe con el siguiente verso. Por ejemplo:
“Lo que dibujo es un mapa de cicatrices sobre el cual orinan
los perros, descansan las bicicletas”
Orinan los perros”, en este caso resulta realzado.
Evitar en lo posible las partículas seguidas (a, de, los, mi, tu, que, se…), intentar sustituirlas por un elemento aglutinador, sorpresivo.
Dentro del verso, sobre todo, en el verso largo, acotar la sintaxis entre pausa y pausa, entre cualquier pausa (los signos de puntuación, la pequeña pausa por cambio de sentido, después de una preposición, conjunción…).
Yo quitaría la coma del primer verso. ¿Quién (con tilde) leerá…
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, buen poema, compañero.
Un cordial abrazo.