Publicado: Lun, 17 Jun 2013 12:16
Elizabeth Barrio Paredes, Buen decir en esa metáfora viva del trabajo del corazón. Con afecto, Poeta!
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Elizabeth Barrio Paredes escribió:¿Cómo podría el latido anular la hostil sombra?
¿Cuántas veces bastó la embriaguez de las sístoles titánicas
si natura dispensaba tiempos inmaduros y remisos?
Privada de cautela una embriaguez escarlata
fue la imagen crepuscular y tosca del destino,
el pulso victorioso rodeó los sentidos y el pecho rechazó nobleza,
amor y libertad porque antaño
millones de pálpitos fueron brillo del crepúsculo
y deleite ligero en la sangre ficticia.
En el grito sordo de aquel latido no quise cobrar la deuda inútil.
¡Ah linfa entrecortada, síndrome de la circunstancia!,
tu risotada, macerada a contrafuego, me recordó otra mentira…
La diástole contrahecha del corazón de mi corazón
ya desnuda, ya callada se ha marchado
sobre el velo de un sentimiento perdido.
CELIA PUERTA escribió:Unos versos espléndidos, vivaces, con mucha garra.
Un abrazo
Bruno Laja escribió:Hola, Elizabeth,
tiene esa punta de diamante que se deja ver en lo efímero. En lo efímero también se ven cosas que rugen, luego se callan, se dedican a brillar oscuramente. Un gran poema. Un placer de lectura. Mis saludos.
Carlos Justino Caballero escribió:Elizabeth Barrio Paredes, Buen decir en esa metáfora viva del trabajo del corazón. Con afecto, Poeta!
Hallie Hernández Alfaro escribió:Elizabeth Barrio Paredes escribió:¿Cómo podría el latido anular la hostil sombra?
¿Cuántas veces bastó la embriaguez de las sístoles titánicas
si natura dispensaba tiempos inmaduros y remisos?
Privada de cautela una embriaguez escarlata
fue la imagen crepuscular y tosca del destino,
el pulso victorioso rodeó los sentidos y el pecho rechazó nobleza,
amor y libertad porque antaño
millones de pálpitos fueron brillo del crepúsculo
y deleite ligero en la sangre ficticia.
En el grito sordo de aquel latido no quise cobrar la deuda inútil.
¡Ah linfa entrecortada, síndrome de la circunstancia!,
tu risotada, macerada a contrafuego, me recordó otra mentira…
La diástole contrahecha del corazón de mi corazón
ya desnuda, ya callada se ha marchado
sobre el velo de un sentimiento perdido.
Absoluto derroche de lírica y pasión, querida Liz.
De pie para aplaudir tu obra.
Abrazos y felicidad.
Josefa A. Sánchez escribió:Fuerza, pasión y mucha, mucha belleza en tus versos. Un placer.
Un abrazo.
Pepa
Rafel Calle escribió:Hermoso poema de Liz.
Manuel Sánchez escribió:Una alegría leerte , amiga. Es un poema donde las palabras se encargan de producir una verdadera explosión. Dejas correr un grito por el interior del diccionario y lo transformas en poema.
Te dejo un abrazo muy fuerte, Liz.
David V. Estrada escribió:Perdón por la tardanza ante la petición de la lectura. Leí en su momento y releí en su desmomento pero le cuento que a veces el horno no está para pollos con papas. A veces pues, usted sabe, existen ciertas formas que se resisten a los momentos del lector y de plano uno no sabe cómo coger el plato sin quemarse. Y es que de pronto usted se pone muy exquisita con el lenguaje y yo pos soy del vulgo. Pero para eso están personas como usted que hace suya una lengua más exquisita para expresar lo que los mortales llamamos las contracciones y la dilataciones de los corazones que sangran y recuerdan a deshoras. Que se cobran en otros viajes lo caro que resultó el peaje de las arrastradas acomodadas por otros pasajeros. Amamos a deshoras y amamos también antes de tiempo. En la balanza quedan resentimientos, imposibilidades y resquicios para la duda. Así las cosas amiga. SALUDOS.