F. Enrique escribió: ↑Vie, 31 May 2013 20:41
Oscuro callejón perdido en el tormento
del resplandor aciago que tiembla en las heridas
de la acerba memoria
que golpea un cartel olvidado en el muro
del vestigio prendido en el vientre de un sueño.
Divagar sin salida que entierra el maquillaje
en la grieta profunda
donde tropiezo y vago
como una mariposa que no tiene vereda
y asume su caída entre las espesuras,
como el polvo anhelante que pena entre los lirios
que mueren por la noche
y vuelve a los espejos
con el rostro angustiado de una promesa inerme.
Este taró y el viento sin fuerza que persiste,
esta reminiscencia de llanto entre los sauces
son como los recuerdos que nunca se marcharon,
que nunca se escribieron y quedan en el alma.
Como un sueño abortado de agosto en las escenas
veo pasar la máscara torturada y sentida
de un Fellini que busca
la Sombra en el pasado,
en bambalinas negras, en guirnaldas sin flores,
en la lona mojada de un carrusel fingido.
¡Ay, no te acuerdas , Laura, de las burlas del Mato!,
No sabe estar callado este loco poeta
y Zampanó se enfada y ejecuta a la Risa,
y no quiere escuchar
aquella melodía tierna de Gelsomina
que vierte su amargura en un silencio roto
y canta su destierro en la lengua que arrastra
la mórbida condena que navega en el aire.
¿Ya no te acuerdas, Laura? Esa tarde de agosto,
ese calor intenso, la pasión que rimabas,
nuestra ventana abierta recogiendo la brisa,
el sudor en tu espalda, tus piernas enlazadas.
El viento de levante detenido en las velas
ahonda en el clamor
de una sonrisa triste sedienta de ternura;
resucito la risa cuando todo se pierde
y no quedan pañuelos para seguir llorando,
reivindico el amor ciego de Gelsomina
hacia lo que se mueve, respira y acompaña
este extraño vagar por la llaga sangrante
en el mirar sin rumbo de los volatineros,
en las huellas errantes que cruzan sin destino.
El salitre que llega desde los espigones
aprisiona la piel que refugio no encuentra,
insiste en el dolor que no encuentra mesura,
en la muerte que viene a esparcir su dominio
en la mísera arena donde yerran los pobres.
Esta paz que se muestra sin arte y con desvelo
hace que piense en ti, en tu amor militante,
en tu lucha sin tregua
por alcanzar la luna
que hiere tus cristales en el claro sombrío
de las olas que tiemblan ante tu voz serena.
Abrazo la esperanza verde que me quitaste,
me enamoro del mar que se agita en tus ojos
y hace que me emocione siempre con tu misterio,
que abrace la canción dulce que me cantabas.