Semillero de amor

[Isabel Moncayo]

De tus ojos brotan las semillas del amor que desprendes a corazón abierto.
Me alegra mucho volver a leerte. No sabes cuanto te echo en falta.
Espero y deseo que todo vaya bien. Besos
Pilar

Gracias, Pilar, lo escribí hace algún tiempo, y como nada nuevo estoy escribiendo pues me apeteció compartirlo con todos vosotros, porque aquí está una como en casa, yo también os echo de menos, prometo estar más por aquí dando la vara, un besín.

[Isabel Moncayo]

In memoriam

Eran el Amor
y están cuando respiro.

*

Bonito, entrañable y lleno de cariño, porque el amor se aprende en casa.

Un placer pasar un ratico contigo y con tus letras.

Un abrazo, Isabel.

Víctor

Gracias, Víctor, los sigo echando de menos, muchisisisimo, un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

In memoriam


Era aquel olor a tierra mojada
de la lluvia de enero,
mi padre en el huerto y la tarde huyendo.


Mi madre va a su encuentro,
le dice que es la hora de la cena,
en sus manos un manojo de menta
para la sopa de los garbanzos del mediodía.

En la cocina de carbón la leche hierve
-guarda la nata para hacer bizcochos-

Él recoge del gallinero unos cuantos huevos.
Ella cierra las contraventanas de la casa.


Eran el Amor
y están cuando respiro.


Cuánto calor prendido en los inviernos.
Qué semillero azul brotan mis versos.



*

Isabel, tus letras se van haciendo espacio en el alma, en ese recodo de hijas que fuimos, que somos, a pesar de la falta. Y surge una lírica pura, sosegada, amorosísima que nos abraza y consuela. Madres y padres, origen y destello, hogar y cuna que descansan placidamente en todos los ámbitos interiores.

Una experiencia inmensa tocar los fondos de tu poética, querida.

Abrazos y un beso enorme.

[Javier Dicenzo]

Tu sueño y tus anhelos me reconfortan hermoso pasar por este poema cándido y lleno de hogar gracias por entregarnos tu mundo

[Rafel Calle]

Hermoso poema de Isabel.

[E. R. Aristy]

In memoriam


Era aquel olor a tierra mojada
de la lluvia de enero,
mi padre en el huerto y la tarde huyendo.


Mi madre va a su encuentro,
le dice que es la hora de la cena,
en sus manos un manojo de menta
para la sopa de los garbanzos del mediodía.

En la cocina de carbón la leche hierve
-guarda la nata para hacer bizcochos-

Él recoge del gallinero unos cuantos huevos.
Ella cierra las contraventanas de la casa.


Eran el Amor
y están cuando respiro.


Cuánto calor prendido en los inviernos.
Qué semillero azul brotan mis versos.



*

Isabel, que maravila nos compartes! Es un poema que germina amor y belleza. Un abrazo, amiga. ERA

[Alejandro Costa]

Tiernos y muy sentidos versos.

Me han gustado mucho.

Un beso.