Editorial Alaire

Letras llenas de un gran sentimiento y emoción por la fraternal ausencia.


Un gusto pasar, compañera.

Besos.

Sin palabras ante tanto dolor.
Un fuerte abrazo.
Pepa

Javier, Isabel, Víctor, Nésthor, Pepa,

Muchas gracias por vuestras cariñosas palabras.
Abrazos.

Yo no puedo pedirte lo que ya no es posible.
Ni siquiera te pido que acaricies mi herida.

Sólo quiero volver unos años atrás
cuando el cielo existía como un lugar bendito,
lejano paraíso todavía pendiente,
y vivía la muerte como vana palabra
en el vocabulario de una niña con dios.

Hoy que este nuevo nudo prendido en mi garganta
me permite nombrarte, no reniegues de mí.
Recuerda que te quise con un corazón limpio,
el mismo que te pide, contra toda esperanza,
vestirse de niñez.

Oración tras la reciente muerte de mi hermana.

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Antes de nada, quisiera transmitirte mis condolencias, amiga Celia. De tu trabajo, decir que rezuma una gran calidez en la súplica del imposible retorno de un ser querido.
Vestido de alejandrinos bien estructurados, sin contradicciones rítmicas, tu poema resulta ser una bellísima y entrañable oración digna de recitar muy a menudo, aunque su lectura nos origine un humedal de sentimientos tan inalterables como el amor que sientes por la tristemente fallecida hermana.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema (por cierto, muchas gracias por la amabilidad de la frase que dejas al pie de tus escritos).
Un cordial abrazo.