Editorial Alaire

Ricardo José Lascano escribió:Sentí encoger mi vientre de haberme equivocado,
de ignorar la crudeza de sus días
de no advertir su miedo y soledad
que compartía con el aire
en un respirar frío y sin sentido.

Ahora regreso,
intento compensar mi ignorancia
y paso cada día como si fuese el primero
y un hilo conductor nos une en comprensión
sin palabras, porque no hay sonido
que pueda aliviar los sueños muertos.
Mi moneda es muy corta para sostener tanto peso
de incomprensión y torpeza
y el alarido es grande para tanta ceguera


Querida Pilar, has escrito una absoluta belleza, de principio a fin. Sublime. Abracitos. Ricardo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:

Pilar Morte escribió:
Así es, Pilar. Imaginamos siempre el engaño, la extorsión, el abuso, quizá porque no queremos ver la terrible realidad que nos rodea. Me ha gustado este testimonio de la verdad subyacente. Un abrazo.

JUANPABLO escribió:

Pilar Morte escribió: Ahora regreso,
intento compensar mi ignorancia
y paso cada día como si fuese el primero
y un hilo conductor nos une en comprensión
sin palabras, porque no hay sonido
que pueda aliviar los sueños muertos.
Mi moneda es muy corta para sostener tanto peso
de incomprensión y torpeza
y el alarido es grande para tanta ceguera

Estimada Pilar:


Tienes razón;
somos mayoría los que ante esa estampa
estamos tentados a pensar
que se trata de un timo...

Y seguramente los habrá,
pero en estos tiempos
lo que hay es mucha desgracia
y si pensamos así,
sólo es porque pretendemos
tranquilizar nuestra conciencia.

Muy sentidos tus versos que comparto.

Un abracibeso.
(palabra inventada por mí


Gracias por venir y dejarme tu amable palabra
Besos
Pilar
y que espero me acepte la RAE).
* * *

Begoña Egüen escribió:

Pilar Morte escribió:Es un relato cierto


Lo veía al pasar poniéndole una sombra
y desconfiaba.
Aceptable presencia, daba la impresión
de tener una casa para la higiene
dado su aspecto limpio.

Él sólo pedía unas monedas
sujeto a un escalón de la acera.

Yo pasaba de largo,
nombrando con error su vida,
presintiendo un engaño
para gozar pecunio extra.
Esa ceguera de la razón
que cultiva espejismos en el alma.

Un día se excitó mi rostro con vergüenza,
una manta y su cuerpo extendido
en la entrada de la sucursal del banco
mostraba su descanso.
Ajado por el frío se refugiaba en la calefacción de aquel espacio.
Era él, sin cambiar la expresión tranquila de su rostro
compartía habitáculo con otros sin techo.

Sentí encoger mi vientre de haberme equivocado,
de ignorar la crudeza de sus días
de no advertir su miedo y soledad
que compartía con el aire
en un respirar frío y sin sentido.

Ahora regreso,
intento compensar mi ignorancia
y paso cada día como si fuese el primero
y un hilo conductor nos une en comprensión
sin palabras, porque no hay sonido
que pueda aliviar los sueños muertos.
Mi moneda es muy corta para sostener tanto peso
de incomprensión y torpeza
y el alarido es grande para tanta ceguera

Estremecedor poema... Con un lenguaje / puro y sentido/. Gracias por compartir tanta humanidad.
Un beso.
BEGOÑA.

Rafael Valdemar escribió:Duro mensaje, y real como la vida misma, transmite este intenso poema que nos dejas Pilar. Me gustó y lo disfruté leyendo

saludos

rafael

Rafael Valdemar escribió:Duro mensaje, y real como la vida misma, transmite este intenso poema que nos dejas Pilar. Me gustó y lo disfruté leyendo

saludos

rafael

Rafael Valdemar escribió:Duro mensaje, y real como la vida misma, transmite este intenso poema que nos dejas Pilar. Me gustó y lo disfruté leyendo

saludos

rafael