Publicado: Lun, 20 May 2013 19:55
Bello este intimista poema que nos dejas con esas sugerentes referencias marinas. Me gustó Pilar.
saludos
rafael
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Es un honor para mí recibir tu visita, me alegra mucho y te la agradezcoAntonio Justel escribió:Pilar Morte escribió:Las olas vienen en una caricia justa.
Un hotel colecciona el rumor suave.
Ni un sonido que arrime las huellas de la piedra,
ni una risa de niño que vista el aire.
Soledad,
conozco tu amistad de los días sin brillo,
la incalculable fuerza de tu respiración,
la voz que escuchan los que
perdieron la garganta,
el inútil sonido de sus cuerdas.
Pero siento algo dulce en esta bruma
que me hace silenciosa arena, hueco donde dejar el agua,
alma que se derrama sin música hacia fuera.
Sólo silencio,
lento atardecer sin huellas,
y un vigilante etéreo de mi presencia,
Mantengo una abisal meditación.
Voy y vengo de la quietud hasta el pensamiento
y veo mi presencia adherida al océano,
en un desvelo que reconoce a los muertos.
Expreso el fondo de mi cuerpo,
ya no hay exterior, por fin estoy conmigo misma.
... Pilar, amiga, desde qué ángulo tan distinto al de Guillermo Cuesta, parece que las situaciones convergen y se da traslado a un poema: soledad, silencio, quietud, consciencia, gran intimidad...; ah, sólo por lograr esa especie de éxtasis, sólo por poder sentir fluir el espíritu en sí, en su pureza, sólo por eso, - por trasladarnos esa percepción grandiosa, digo que estaría por demás justificado el poema; pero es que, por añadidura, nos has posteado frases con versos de valor que justifican con argumentos su gran porqué; enhorabuena Pilar; recibe mi saludos atentos; Orión
Me alegra que te haya gustado. Gracias por decírmeloRamón Carballal escribió:Es un poema precioso, Pilar. Me ha encantado. Un abrazo.
Pilar Morte escribió:
Expreso el fondo de mi cuerpo,
ya no hay exterior, por fin estoy conmigo misma.
Dices unas frases maravillosas. Casi siempre son poemas. Gracias por estar cercaHallie Hernández Alfaro escribió:Me ha encantado, Pilar. Imágenes hermosas y muy potentes. Cohesionado y transparente como un torre con alas.
Aplausos y felicidad.
Abrazotes.
Gracias por tu compañía y palabrasElizabeth Barrio Paredes escribió:Un poema -in crescendo- con un cierre espectacular.
Abrazos y besos, poeta
Me alegra mucho que te haya gustado el poema. Te agradezco que me lo digasSandra Gª Garrido escribió:PRECIOSO PILAR, ME ENCANTAN LAS METÁFORAS, LA PRIMERA ESTROFA , ME HA EMBRUJADO
BESOS
Gracias, Concha, tu comentario me alegra y gratifica y de eso se trata de encontrarnos de vez en cuando.Concha Vidal escribió:PIlar, es espectacular este poema, esta meditación hasta uno mismo, hasta el ombligo de la consciencia.
¿Cómo hallarse a la persona en este caos en que vivimos?
Me ha creado pausa, bienestar el leerte, el desarrollo del poema es dulce y maravilloso.
Gracias Pilar, por compartir.
Quisiera llegar a encontrar, aunque sólo fuera, un poquito de mí misma.
Estoy totalmente desparramada, deben ser distintas formas de uno mismo.
Gracias, Carlos, por estar cerca del poema con tu huellaCarlos Justino Caballero escribió:Pilar Morte,
Esa inigualable ventaja de la soledad y el silencio... cuando no son siempre! Excelente tu entrega, Pilar. Mi enhorabuena!
Gracias, Oscar, siempre me alegra verte por mis versosÓscar Distéfano escribió:Exquisito poema que lee con emoción y ansiedad. Ha sido gratísimo pasar por tus versos.
Un abrazo, Pilar.
Óscar
Gracias, Begoña, por acercarte y dejar tu amable huellaBegoña Egüen escribió:¡Imperdible... poema!!! Me ha encantado. Felicidades.Pilar Morte escribió:Las olas vienen en una caricia justa.
Un hotel colecciona el rumor suave.
Ni un sonido que arrime las huellas de la piedra,
ni una risa de niño que vista el aire.
Soledad,
conozco tu amistad de los días sin brillo,
la incalculable fuerza de tu respiración,
la voz que escuchan los que
perdieron la garganta,
el inútil sonido de sus cuerdas.
Pero siento algo dulce en esta bruma
que me hace silenciosa arena, hueco donde dejar el agua,
alma que se derrama sin música hacia fuera.
Sólo silencio,
lento atardecer sin huellas,
y un vigilante etéreo de mi presencia,
Mantengo una abisal meditación.
Voy y vengo de la quietud hasta el pensamiento
y veo mi presencia adherida al océano,
en un desvelo que reconoce a los muertos.
Expreso el fondo de mi cuerpo,
ya no hay exterior, por fin estoy conmigo misma.
Un beso.
BEGOÑA.