Josefa A. Sánchez escribió:¡¡¡ Wow !!!. Tan sin respiración que no puedo decir más.
Aplausos
Un abrazo.
Pepa
Muchísimas gracias, Josefa. Vaya honor que le haces a mis letritas con tu huella generosa.
Abrazos y mucha felicidad.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Ricardo José Lascano escribió:Divina entrega, preciosa muy bonita. Ricardo
J. J. M. Ferreiro escribió:.. esas metáforas tuyas, sorprendentes a la sensibilidad del lector, siempre creando objetos nuevos de la sugerencia. La tuya es una poesía de lenguaje nuevo, el itinerario principal desde donde ofrecer otras posibilidades a este arte.
Biquiños.
Guillermo Cuesta escribió:Aunque amaneciese sin alma ese día, a tí te ha inspirado
y te ha cundido dejando en el poema un sabor metafórico
con mucha enjundia y más lirismo.
Leyénote se aprende y se disfruta de la buena poesía.
Un abrazo y un aplauso
Gracias otra vez, amigo. Siempre un honor tu lectura y reflejo.J. J. M. Ferreiro escribió:Desprende estos versos, estas iluminadas imágenes un lirismo sublime, ese que sólo poseen el "duende" de lo poético, y tú lo demuestras aquí más que de sobra.
Biquiños, querida amiga.
Hallie Hernández Alfaro escribió:.
Parecía un día sin alma; fósil de arbustos cansados,
entelequia de tonos pasteles, ronda de frutos secos.
Ni una sola nube instructora.
Un cielo naranja testimonia el camino de pupilas ardientes,
a la cuenta de tres, el beso saliva el rumbo.
Corazón: no me pidas permiso.
Ahora el hechizo es granada de cuerpos estallados,
marasmo incorregible, bulimia de abrazos.
Oración que pena en tu sangre.
No hablas de adioses en vela, ni menciono un lamento de raíces.
Quizás el coraje aborte la tierra hipnótica
y duela menos, la mudez de las campanas.
.
Daniela Miño escribió:Bellísimo y conmovedor poema Hallie, me ha enternecido desde una perspectiva totalmente ducha.
Gracias por compartir, un abrazo.
Querido amigo, gracias por dejar tu huella sensible y valiosa en El último Príncipe.Antonio Justel escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:.
Parecía un día sin alma; fósil de arbustos cansados,
entelequia de tonos pasteles, ronda de frutos secos.
Ni una sola nube instructora.
Un cielo naranja testimonia el camino de pupilas ardientes,
a la cuenta de tres, el beso saliva el rumbo.
Corazón: no me pidas permiso.
Ahora el hechizo es granada de cuerpos estallados,
marasmo incorregible, bulimia de abrazos.
Oración que pena en tu sangre.
No hablas de adioses en vela, ni menciono un lamento de raíces.
Quizás el coraje aborte la tierra hipnótica
y duela menos, la mudez de las campanas.
.
... creo, Hallie, que es una impronta descrita preciosamente mediante poesía; me supongo que volveré sobre este mismo poema; ahora, mis saludos y felicitaciones, amiga; Orión
Hallie Hernández Alfaro escribió:Antonio Justel escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:.
Parecía un día sin alma; fósil de arbustos cansados,
entelequia de tonos pasteles, ronda de frutos secos.
Ni una sola nube instructora.
Un cielo naranja testimonia el camino de pupilas ardientes,
a la cuenta de tres, el beso saliva el rumbo.
Corazón: no me pidas permiso.
Ahora el hechizo es granada de cuerpos estallados,
marasmo incorregible, bulimia de abrazos.
Oración que pena en tu sangre.
No hablas de adioses en vela, ni menciono un lamento de raíces.
Quizás el coraje aborte la tierra hipnótica
y duela menos, la mudez de las campanas.
.
... creo, Hallie, que es una impronta descrita preciosamente mediante poesía; me supongo que volveré sobre este mismo poema; ahora, mis saludos y felicitaciones, amiga; Orión
Querido amigo, gracias por dejar tu huella sensible y valiosa en El último Príncipe.
Salud y un abrazo fuerte.
Hallie Hernández Alfaro escribió:.
Parecía un día sin alma; fósil de arbustos cansados,
entelequia de tonos pasteles, ronda de frutos secos.
Ni una sola nube instructora.
Un cielo naranja testimonia el camino de pupilas ardientes,
a la cuenta de tres, el beso saliva el rumbo.
Corazón: no me pidas permiso.
Ahora el hechizo es granada de cuerpos estallados,
marasmo incorregible, bulimia de abrazos.
Oración que pena en tu sangre.
No hablas de adioses en vela, ni menciono un lamento de raíces.
Quizás el coraje aborte la tierra hipnótica
y duela menos, la mudez de las campanas.
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