El azúcar quemado de la tarde
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Ricardo José Lascano
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re: La luz traspuso una grieta
el corazón magnánimo con su ritmo de furias,
y una mirada rebosante de estrellas vacías,
esas que casi oscurecen el centro de la galaxia.
¿Qué cómo es una estrella vacía?
Las estrellas vacías no dan aroma,
sólo son una claridad difusa
como unos pies desnudos que orillados se intuyen en el agua
o una madre soñando en su útero un niño casi transparente.
J.J
Estimado, es una poesía imponente, megistral a mi manera de entenderla y creo que no hay paiseje en el universo que no puedas dibujar. La profunda mirada del poeta sumergiendo al lector en un viaje maravilloso. Arte.
Un abrazo fuerte.
Ricardo.
- J. J. Martínez Ferreiro
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Pepiña!!! siempre es una gran alegría encontrarte en mis poemas, lo sabes de verdad. Llevas mucha razón el lo que dices en tu comentario. Celebro que lo hayas disfrutado.Josefa A. Sánchez escribió:Amigo Ferreiro, lo malo del olvido es que no existe. Por mucho que se caiga el cielo por una grieta o las estrellas se apaguen en el espacio profundo, los recuerdos se amontonan unos sobre otros y se dijera que borran los anteriores, pero de vez en cuando el castillo de naipes-recuerdo se derrumba y quedan a la vista los cimientos desnudos.
Me ha gustado mucho, pero que mucho, el magnífico poema.
Un abrazo (y biquiños)
Pepa
Biquiños, muchos.
- J. J. Martínez Ferreiro
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Re: re: La luz traspuso una grieta
Pilar Morte escribió:Qué buen poema nos regalas, unas imágenes preciosas y un fondo para releer.
Besos
Pilar
Gracias, Pilar, celebro que lo hubieses disfrutado.
Biquiños
- xaime oroza carballo
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- J. J. Martínez Ferreiro
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Re: La luz traspuso una grieta
Gracias Roberto por esta naturalista lectura que haces de mi poema. Celebro que te haya gustado.ROBERTO LÓPEZ escribió:J. J. M. Ferreiro escribió:
Leer tus poemas es permitir el paso a la naturalez, llenar la casa de soles, luces, plantas... Con todos esos elementos imbricados con los sentimientos, transmites emociones, recuerdos, nostalgias. Me gusta tu estilo y lo disfruto. Un abrazo.
Un abrazo.
- Óscar Distéfano
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re: La luz traspuso una grieta
La descripción poética de la primera estrofa es determinante para adentrarnos en esta honda introspección histórica, donde el poeta habla con dos voces: la suya propia y la voz genérica del hombre, para transmitirnos la desolación en la cual nos encontramos desde el origen de los tiempos ya conscientes del hombre. La palabra “aldea” como antónimo de “ciudad”, nos ubica en un tiempo remoto de la civilización, donde el hombre ha “olvidado” casi todo (aunque ese olvido pueda ser una necesidad), donde es imposible seguir hurgando hacia atrás, donde sólo “el azúcar quemado de la tarde” puede convertirse en un elemento de comunión existencial, en un elemento que nos confirma el sentimiento simple de los valores más auténticos que hemos desdeñado. Más allá de reconocer tácitamente el eslabón perdido, se reafirman los sentimientos eternos del hombre: soledad cósmica, desamparo, oscurantismo ancestral, así como también esa pureza existencial que imperaba. El olvido sólo ha dejado unos recuerdos difusos, aislados, en una memoria que ya no puede contener tales imágenes; pero, así también, la razón de que algo bueno hemos perdido. El olvido se evidencia en un juego retórico del tiempo y del espacio, donde la voz poética parece contrastar ambas épocas, porque el poeta busca también trasmitirnos la necesidad del regreso al tiempo en que se ha alejado el destino del hombre de aquel rumbo original mucho más humano. Al final, en el contundente cierre, no existe mucho optimismo en cuanto a que lograremos alcanzar el estadio de la revelación histórica del hombre, para reencauzar nuestro camino evolutivo hacia un futuro donde no se pierdan el humanismo ni la poesía, aunque mantiene la esperanza en la esencia de la búsqueda.
En este poema, debido al secretismo de su simbología, se encuentran muchos más mensajes de una profundidad que sólo el tiempo irá descubriendo, señales que rondan nuestro espíritu pero que no podemos aprehender.
Hay una estrofa que quiero destacar:
Ahora,
salpicado de algún que otro espacio,
el tiempo es cada vez más mío.
Lo malo es todo este olvido amontonado,
siempre aislado entre recuerdos,
tal como ocurre en esos calveros del monte
donde los árboles parecen proteger la evidencia de una nada.
¿Qué es el olvido? Son recuerdos borrados. Imaginemos, entonces, este olvido aislado, protegido, cubierto por nuevos recuerdos que acumulan nuevos olvidos. ¿No es, acaso, una hermosa revelación de nuestra naturaleza humana (y también artística)?
Encuentro, además, otras imágenes que son de un esplendor único, por la originalidad de las ideas y por las logradísimas metáforas. Son cláusulas poéticas que culminan con una lucidez y una lógica estética contundente. Son verdaderos silogismos poéticos. Citaré algunos versos que más me impactaron:
de repente empezó a llover el azúcar quemado de la tarde
o una madre soñando en su útero un niño casi transparente
solo quedaban redes de frío que alargaban los vientos
donde los árboles parecen proteger la evidencia de una nada
Como pueden apreciarse, son versos de una fuerza expresiva rotunda que quedan prendidos varios segundos en el plano principal de la memoria. Versos que provocan la necesidad de otros versos (tal como lo ha señalado un compañero).
En cuanto a la forma, nuestro autor sigue firme en la creación sobre el ritmo acentual; aunque, lejos está de conformarse con un conservadurismo fácil. La búsqueda de las combinaciones más arriesgadas dentro del esquema imparisílabo es su impronta. La entonación de este poema no puede encontrarse luego de una primera lectura; necesariamente, se debe “buscar” (por así decirlo) entre el entramado complejo de los largos versos. Pero esto, esta dificultad, bien vale la pena porque, una vez develada la cuestión, la entonación se convierte en un elemento sumamente enriquecedor del poema. Yo voy a exponer (quizás con algunos errores,o dobles interpretaciones debido a algunas licencias) el resultado de mi búsqueda melódica, donde he encontrado algunos versos de naturaleza par, que considero son licencias absolutamente aceptables, ya que no producen quiebres rítmicos.
La luz traspuso una grieta; (9)
de repente empezó a llover el azúcar quemado de la tarde; (9+11)
todos los aldeanos (7)
degustaban el cielo, los últimos granates (7+7)
del cielo que caía. (7)
Entonces fue cuando me olvidé; (10) ?
nada más me olvidé. (7)
Sólo recordaba la sed de las manos. (6+6)12 ?
También sentía (5)
el corazón magnánimo con su ritmo de furias, (7+7)
y una mirada rebosante de estrellas vacías, (15)
esas que casi oscurecen el centro de la galaxia. (11+5)
¿Qué cómo es una estrella vacía? (11)
Las estrellas vacías no dan aroma, (12) (7+5)
sólo son una claridad difusa (11)
como unos pies desnudos que orillados se intuyen en el agua (7+11)
o una madre soñando en su útero un niño casi transparente. (7+11)
La luz atravesó la grieta, la última grieta; (15)
entonces fue cuando decidí desaparecer. (15)
Pero antes comprobé que todo se cumplía en la disolución. (7+7+7)
De los rompientes de la tierra (9)
solo quedaban redes de frío que alargaban los vientos (17)
y la configurada dicha de mi cuerpo en la cumbre. (9+7)
Todo iba porfin desvaneciéndose. (11)
Ahora,
salpicado de algún que otro espacio, (11)
el tiempo es cada vez más mío. (9)
Lo malo es todo este olvido amontonado, (13)
siempre aislado entre recuerdos, (5+5)
tal como ocurre en esos calveros del monte (13)
donde los árboles parecen proteger la evidencia de una nada. (9+11)
Aunque los años devuelven algunas cosas, (13)
siempre cambian desperdicios (8 ?)
y mareas resecas por raíces vivaces (7+7)
desesperadamente buscando sus tallos. (13)
Lo admirable, estimado Ferreiro, de tu poesía es el trabajo de orfebrería que acompaña a tu talento.
Mis aplausos.
Óscar
http://www.elbuscadordehumos.blogspot.com/
- J. J. Martínez Ferreiro
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re: La luz traspuso una grieta
Ante todo, amigo Óscar, quiero agradecerte el trabajo que te has tomado para elaborar el profundo y magnífico análisis que haces de este poema.
Tu interpretación no va muy desencaminada con respecto a las intenciones que lleva mi poema, y que recurriendo a un lenguaje poético más o menos acertado, busca transmitir, por una parte con esa simbólica “grieta”, una vía de fuga de una realidad que somete a la gran imaginación de la mente humana, a una serie de parámetros muy concretos, algunos imposibles de transgredir: el tiempo, el espacio, recuerdos y olvidos interaccionando continuamente y alterando la realidad de lo que verdaderamente hemos vivido, el tiempo perdido en los continuos olvidos, la imposibilidad de su restauración; pero también existen otras circunstancias en los que estamos inmersos, como son las cotidianas de realidad política, social, valores morales, preferencias culturales, etc… actitudes que generan costumbres desde mucho tiempo arraigadas en nosotros, y que sí podrían alterarse, a base de marginalidad y mucha valentía. Uno de los caminos propuestos en el poema es la vuelta a los orígenes de aquellas civilizaciones primitivas muy entroncadas con los valores íntimamente ligados con la naturaleza -la “grieta” del principio del poema, donde los aldeanos -seres también metafóricamente puros- degustan esos manjares que el cielo de repente derrama a su través.
Como tú muy bien dices hay poemas de que debido al carácter abierto de la simbología o de las metáforas, pueden estar abiertos a diversas lecturas.
Yo soy de los que opina que un poema debe explicarse por si solo, y lo debe hacer según la lectura que cada lector desarrolla, y no hay nada más qué decir. El poema una vez escrito pertenece a la sensibilidad de cada lector.
Pero bueno, aprovechando tu iniciativa, expondré aquí mis particulares intenciones en algunos otros versos del poema:
“Entonces fue cuando me olvidé;
nada más me olvidé.
Sólo recordaba la sed de las manos.
También sentía
el corazón magnánimo con su ritmo de furias,
y una mirada rebosante de estrellas vacías”
esas que casi oscurecen el centro de la galaxia.
¿Qué cómo es una estrella vacía?
Las estrellas vacías no dan aroma,
sólo son una claridad difusa
como unos pies desnudos que orillados se intuyen en el agua
o una madre soñando en su útero un niño casi transparente. ………………….
El poeta para acceder a lo nuevo, olvida; si quiere reiniciarse, ha de olvidar, limpiarse de toda costumbre y valores preinstaurados en su conciencia, pero también ha de recordar su sed de conocimiento, de nuevos valores más auténticamente humanos.
Los versos referidos a "las estrellas vacías", actúan como recuerdo esencial de la materia de la que realmente estamos hechos, "polvo de estrellas", y que nos da una intuición vaga ("los pies intuidos en el agua" ) de que el universo pertenece a un todo común (ese niño semitransparente hijo de las galaxias “ser nuevo y puro, ¿“superhombre nietzscheano”?, que aparece al final de la película “2001 odisea en el espacio”.
Tienes razón, el final defrauda un poco, “habla” de la gran dificultad de alcanzar todos estos objetivos, debido a la pertenencia casi genética que tenemos a este sistema, y los parámetros vitales en los que estamos encerrados (como el programa de realidad virtual en la que está inmerso el mundo de la película “Matrix”)
“Aunque los años devuelven algunas cosas,
siempre cambian desperdicios
y mareas resecas por raíces vivaces
desesperadamente buscando sus tallos":
…devuelven algunas cosas…nos devuelven esas experiencias vitales que nos sirven para distinguir lo falso de lo que auténticamente merece la pena: es bello, es bueno..; somos perdedores, pero somos conscientes de ello y perdemos dignamente, perdedores irónicamente dignos. También los años traen esos “desperdicios y mareas resecas” que son las frustraciones conscientes de los muchos intentos fallidos. Los últimos versos hablan de la inseguridad que acompaña esta frustración, de que a pesar de todo no se renuncia a la continua búsqueda de ese ser completo… "las raíces vivaces desesperadamente buscando sus tallos".
En cuanto al estudio rítmico que haces, es como dices tú, básicamente de verso blanco de estructura impar, aunque con alguna excepciones que, me parece a mí, no rompen mucho el ritmo, y que he dejado, tal cual, porque el verso me gustaba así.
Un fuerte abrazo, amigo Óscar
- Pablo Ibáñez
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re: La luz traspuso una grieta
otra magnífica entrega de tu hacer poético. Me ha gustado cómo desarrollas el tema, cómo distribuyes las estrofas que, amagando explicaciones, van hilvanando la idea de olvido. Olvido que parece protección contra un apocalipsis -el azucar quemado de la tarde que cae sin remedio sobre la aldea global. El olvido del último superviviente que parece chequear el desastre, que comprueba la disolución y desaparece en la galaxia. Ese olvido amontonado que, sin embargo, es imposible procesar totalmente porque siempre quedan "raices vivaces buscando sus tallos".
Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
- J. J. Martínez Ferreiro
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- J. J. Martínez Ferreiro
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Gracias "Jefe", celebro que veas y leas con tan buenos ojos este poema; tú ya sabes que a mí me gusta mucho regodearme en el chocolate.Rafel Calle escribió:Menudo salto, amigo Ferreiro, puesto que, a tu acostumbrada riqueza en el lenguaje, sumas un notable crecimiento técnico. Sí, se te entiende todo, que no es lo mismo que escribir muy claro, sino que la simbología aparece desarrollada a base de familias semánticas bien hilvanadas.
Pero no es solo eso lo que procura un salto cualitativo importante en tu poesía, también se debe resaltar el abandono de un conceptualismo cerrado, en beneficio de un discurso absolutamente decidido a transmitir el hecho desde la desnudez de la palabra. Y sí, hay una gran valentía, se ha perdido el miedo, algo fundamental en el escritor, porque la combinación de palabras cobra la importancia que tiene, es decir, toda la importancia es de las palabras.
Y, sí, creo que últimamente, en realidad hace bastantes poemas, estás dando protagonismo a la combinación de palabras, donde hallo un discurso superficial para todos, y un paradigma linguístico para cada lector. En fin, hay muchos logros en esta obra que empieza con este hallazgo: llover el azúcar quemado de la tarde.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un fuerte abrazo.
Un abrazo.
- J. J. Martínez Ferreiro
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Re: La luz traspuso una grieta
J. J. M. Ferreiro escribió:La luz traspuso una grieta;
de repente empezó a llover
el azúcar quemado de la tarde;
todos los aldeanos
degustaban el cielo, los últimos granates
del cielo que caía.
Entonces fue cuando me olvidé;
nada más me olvidé,
sólo recordaba la sed de las manos.
También sentía
el corazón magnánimo con su ritmo de furias,
y una mirada rebosante de estrellas vacías,
esas que casi oscurecen el centro de la galaxia.
¿Qué cómo es una estrella vacía?
Las estrellas vacías no dan aroma,
sólo son una claridad difusa
como unos pies desnudos que orillados se intuyen en el agua
o una madre soñando en su útero un niño casi transparente.
La luz atravesó la grieta, la última grieta;
entonces fue cuando decidí desaparecer.
Pero antes comprobé que todo se cumplía en la disolución.
De los rompientes de la tierra
solo quedaban redes de frío que alargaban los vientos
y la configurada dicha de mi cuerpo en la cumbre.
Todo iba por fin desvaneciéndose.
Ahora,
salpicado de algún que otro espacio,
el tiempo es cada vez más mío.
Lo malo es todo este olvido amontonado,
siempre aislado entre recuerdos,
tal como ocurre en esos calveros del monte
donde los árboles parecen proteger la evidencia de una nada.
Aunque los años devuelven algunas cosas,
siempre cambian desperdicios
y mareas resecas por raíces vivaces
desesperadamente buscando sus tallos.
La luz eres tú. Me maravilla tu cosmogonía, Ferreiro. Abrazos, ERA
- Carlos Justino Caballero
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- J. J. Martínez Ferreiro
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