Yo no supe gemir cuando llorabas

[F. Enrique]

Gracias, Manuel, éste es el último de una serie de sonetos obsesivos; siempre, siempre el mismo tema, que escribí el último Noviembre, curiosamente el primer verso (me parecía un poco redundante pero no quise cambiar la palabra llorar), era de cuando ocurrió el instante del que se habla, entonces no supe definirlo, y lo tomé prestado para hacerlo ahora. Paul Valéry solía decir que el primer verso nos lo ofrecen los dioses, sin querer volar tan alto, puedo decir que a mí me sirvió para escribir los restantes.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Gracias, Israel, por esta amabilidad que tienes conmigo, me quedo encantado con lo que me dices.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Me encantó, una joya
Besos
Pilar

[Ana Muela Sopeña]

Un fantástico soneto clásico. Fondo y forma perfectamente amalgamados.

Las virtudes de esta joya son:

Métrica impecable
Suavidad y eufonía.
Estructura perfecta.
Sentimientos a flor de piel.

Por todo ello te doy:

Aplausos
y un fuerte abrazo
Ana

[F. Enrique]

Ya sabes, Manuel, cuanto agradezco lo que me dices. Quizás el centrarme en describir, en cierta forma, una escena que conozco, me ayudó a construir este soneto.

Un abrazo.

[Begoña Egüen]

Yo no supe llorar cuando llorabas,
ni supe iluminar tu sombra hundida
ni sentir la verdad ni la medida
en el ruego de amor que me dejabas.

Yo no supe escucharte cuando hablabas,
ni horadé en la hondura de tu herida
que tocaba el infierno en su caída
apartando el cuidado que guardabas.

Solo y perdido siento este lamento
que no halla consuelo ni clausura
y no puede olvidarse de aquel día.

Si no supe vivir en tu tormento
me merezco el dolor y la locura
de morir por tus ojos todavía.[RIGHT](Lamento sobre las piedras)[/RIGHT]

¡ Guauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!... Qué hermoso soneto. Mi felicitación sincera.
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Alberto Madariaga]

No pienso ponerle estante a este poema, porque sobrepasa -y por mucho- cualquier cánon establecido. Lo que sí te puedo comentar es que no me asombra en ti este tipo de composiciones, porque en tus poemas de verso libre siempre he notado una clara conciencia, primero, de la voz poética y segundo del ritmo y la musicalidad. No puedo menos que aplaudirte Enrique y llevarme este poema como uno de aquellos, que hubiese querido escribir. Te dejo mis aplausos.

[F. Enrique]

Gracias, Rafel, por este análisis tan profundo y halagador que haces de este soneto. Utilizo mucho el "quizás" por ello, en este caso no voy a permitírmelo, sé que la satisfacción de haberlo escrito es tan sencilla como sus pretensiones, su forma o su lenguaje, simplemente haberle dicho a alguien algo que le debía porque así lo creo firmemente. Si ella recibiera el mensaje con la sinceridad y el cariño con el que yo se lo envío, cumpliría de largo su objetivo.

Un abrazo.

[Angel Sarroca]

F. Enrique,

Un buen soneto intimista que he leído con placer. ¡Felicidades!

Ángel

[Bernardo lobo]

Enrique, mi felicitación por tu estupendo soneto. Con un saludo.

[F. Enrique]

Gracias, Pepa, ya sabes lo bien que recibo todo lo que viene de ti. Reconozco que no me compliqué mucho la vida al escribir unos pocos sonetos con las referencias, en mi caso casi insoslayables, de esos que todos conocemos, dado que casi siempre he escrito en verso libre, bueno matizando un poco; con algunos guiños a la métrica y a la rima . Por eso me alegra tanto los buenos comentarios que estoy recibiendo, especialmente con éste del que hablamos, quizás el más sencillo de todos y, por supuesto, estoy encantado con el tuyo.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Me agrada mucho todo lo que me dices, J.J.M., ¡ay, de mí si así no fuera! Sé que, desde la subjetividad absoluta que solemos tener quienes escribimos hacia nuestra propia obra, hay factores importantes que nos ayudan a valorar nuestros propios poemas que es muy difícil que puedan ser percibidos desde fuera, a menos que se expliquen. En ellos sustento mi satisfacción hacia este poema, y hace más agradable que te pueda llegar a ti y a otros compañeros.

Un abrazo.
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[F. Enrique]

Muchas gracias, Víctor, no te puedo decir otra con lo que me dices, y sobre todo, ya sé que te lo habré dicho otras veces, por esas sensaciones tan tiernas, tan de buen rollo que siempre me dejas.

Un abrazo.

[Blanca N. García González]

Amigo F. Enrique, es una obra regia,
un soneto cuyo toque nostalgico
se abraza del sentimiento del lector.

Yo le felicito por sus letras llenas de
vida y talento.

Un placer leerle.

[F. Enrique]

Me siento gratamente sorprendido, Óscar, de que una persona en la que he empezado a admirar una capacidad intelectual y emotiva como la tuya, a ver cuando me decido a hablarte de tus aforismos, me diga estas cosas de uno de esos poemas raros cuya satisfacción la encuentras en el propio hecho de escribirlo. Sinceramente le veía una fragilidad desmesurada en una sencillez demasiado dominante sobre las otras características que pueda tener el poema, y en el hecho, como me indicó nuestro entrañable Ramón, con la mejor intención y delicadeza del mundo, de que no pude sacudirme una influencia extrema del maestro toledano. Esto último es lo que más me preocupa, Óscar, no sé si obrar así es bueno, si no lo fuera te digo con sinceridad que no lo hice conscientemente.

Un abrazo.