Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Pilar Iglesias de la Torr escribió:profunda decepción de la vida, reflejas en el poema, querido Adrián, con imágenes de frialdad cortante
Me llevo las mentiras de los labios
nos dejas pensando............Pilar
Raúl Ferreiro Figueroa escribió:Adrián:
Es uno de los poemas que más me ha llenado de lo último que he leído en mucho tiempo. Intuyo que ha sido escrito desde lo más profundo de tu persona. Irradia una gran energía contenida, y no tan contenida.
Si me lo permites, me lo llevo como un pequeño tesoro.
Un abrazo. Raúl
Muchas gracias por tus palabras amigo Ferreiro, así es como bien dices, ese bisturí para diseccionar esas partes del mundo que nos rodea, es un placer contar contigo, un abrazo.J. J. M. Ferreiro escribió:A base de un brillante despliege de recias imágenes, el poema nos introduce en una realidad de filo sangriento. El poeta ha tomado nota del mundo que nos rodea y con el bisturí de sus versos nos abre sus entrañas.
Impabable entrega amigo mío.
Un fuerte abrazo
Ana Villalobos Carballo escribió:Un poema que he leído y releído, plagado de imágenes cortantes como un afilado cuchillo. Se vislumbra en tus versos un profunda decepción de la vida, un gran hastío y al mismo tiempo nos dejas una semilla de esperanza. Me han gustado mucho los tres útlimos versos.
Áún enla crudeza de estos verplacer ha sido un placer leerte.
Un beso que te llegue al corazón
Ana V.
AMADEUS escribió:Ahí te mando otro 10, Adrián, no porque el poema se lo merezca, ¡qué se lo merece!, sino para mitigar no el dolor, pues sé que no te duele en absoluto, sino el recochineo que nos produce ese uno.
Y no soy el único, pues antes de enviarte mi 10, otr@ u otr@s compañer@s se me habían adelantado.
Un abrazo, y espero que llegases bien a casa,
AMADEUS
P.D.: un regalo!!!
Mártires del Rock and Roll
Autopistas en el cielo
cruzan la oche oscura
sonrisas de coche a coche
empieza la aventura
humo dulce en el viejo Ford
suenan las guitarras
tintinean las botellas
empieza la fiesta del Rock.
A Madrid vamos buscando sueños.
A Madrid héroes a quien seguir.
A Madrid vamos buscando sueños.
A Madrid héroes a quien seguir.
Pabellón del Real Madrid.
"Tickes" en la reventa
carreras y palos para entrar
te calientan dentro y fuera
dos horas en el Paraíso
para el "bis" aplude media
luego se enciende las luces
se acaba la fiesta del rock
A Madrid vamos buscando sueños.
A Madrid héroes a quien seguir.
A Madrid vamos buscando sueños.
A Madrid héroes a quien seguir.
Conduciendo de regreso
tiembla el pie en el pedal
pildoras para no dormir
la mezcla te sienta mal
amanece sale el sol
choques en la carretera
martires del rock and roll
las "estrellas" no se enteran.
A Madrid vamos buscando sueños.
A Madrid héroes a quien seguir.
A Madrid vamos buscando sueños.
A Madrid héroes a quien seguir.
Julio González Alonso escribió:Enhorabuena, Adrián. Poema que, como te comentan, se extiende sobre la vida con un tratamiento neorromántico de fuerte tono expresivo.
Salud.
Así es Paloma, no fue sencillo hacer este poema, hay fragmentos de mi propia vida en algunos versos, la soledad del día, los silencios que aspiro cada noche dejas profundas heridas que se abren en muchos de los versos, es un placer tenerte entre mis poemas amiga, te envío un gran abrazo poeta.Paloma Luz escribió:He leído varias veces tu poema, a diferentes horas, en diferentes días, con diferentes estados de ánimo. Me llega la misma sensación, la necesidad que tienes de expresar tanta pena, te leo, te abrazo y sigo, son muy desgarradores tu versos. Pero hoy, hoy me siento atrapada en estos versos y me quedo.
Transito por la luz,
esta luz del abismo que me abraza
como la niebla abraza los hayedos
en el latido oculto de los valles.
Fueron rastrojos estos años
donde las ilusiones se perdieron
gota a gota, gimiendo entre cuchillos
por el silencio gris de los cabellos
que atrapan los lavabos,
por los surcos nacidos en la frente,
como nace la pena en el calvario
de una estéril mujer, de un hombre solo
que derrama su semen en la tierra,
en el mar que sazona las heridas
bajo un golpe de azada
en la fértil condena del silencio.
