Editorial Alaire

Manuel Sánchez escribió:Me ha gustado este poema que extrae del lenguaje su parte menos vulgar.
Un fuerte abrazo.

Nésthor Olalla escribió:Iba a decir algo parecico a lo expuesto ya por Ana anteriormente. También hago la misma reseña de la bicicleta y la semejanza a Dios y a la descomposición del poema.


Muy logrados hallazgos, compañero.

Placer pasar por lo tuyo.

Marius Gabureanu escribió:Un poema sobre la creación, magnifico, que deja esa puerta abierta la imaginación. Lo encuentro como esa realidad abstracta de los dioses inconclusos de la memoria. Felicitaciones.

jose junco escribió:Excelente Macedonio. Salud.

Ramón Carballal escribió:Buen poema. Hay versos que por si solos tendrían vida propia. Mi felicitación y un saludo cordial.

Macedonio Tracel escribió:La obra es muy poquita, es corta y no está acá.
Las ramas son su inclinación sobre el agua.
Se mueve sobre el agua como un silencio escrito
que ha quedado debajo intentando el aire.
Me di cuenta al encontrar marcado un libro que
sinceramente no recuerdo haber leído ni para qué.
Supe que hay cosas dentro mío para esconderse.
Pienso en un dios transformando un dios deshabitado
de estar tan intocado. Uno que pudo muy poco
con el principio de estar descontento. Aún hoy,
en la primer hora del descuido es funesto
para darle tensión a una luz temblorosa.
Al fin y al cabo lo suyo es un oficio.
Hay una bicicleta igual a dios contra el alambrado
donde el poema hace rato se deshace.
La cosecha existe pero invisible, es solo tiempo.
Con la lentitud asignada los pájaros volverán desdichados,
cada uno a flotar la espera de parecerse a sembrar.