Jorge Salvador escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:Jorge Salvador escribió:En la cancha era un ser omnipotente,
una luz celestial, un elegido;
si faltaba su zurda a algún partido
no pagaba la entrada ni el ambiente.
Era el fútbol desnudo, simplemente,
el aplauso su novia, su latido…
con la bola en los pies, ni parecido
hubo nadie jamás remotamente.
Para orgullo de Boca y de Argentina
recibió el sacramento del bautismo
en el templo de Dios: La Bombonera…
desde entonces huyó de la rutina
el esférico, el césped y hasta el mismo
corazón de la hinchada que aun le espera…
Arriba con este enorme poema.
Muchas gracias por este rescate, hallie, aunque a decir verdad, ojalá nunca hubieras tenido que hacerlo por esta triste noticia de su muerte. Me he permitido, espero que no te parezca mal, cambiar el último terceto que nunca me terminó de convencer y así de paso actualizar un poco este poema.
Se ha marchado el mejor jugador de fútbol que he visto jamás, pero también se ha ido una buena persona a la que le fue imposible demostrarlo, debido al séquito de buitres carroñeros que siempre anduvieron pululando a su alrededor.
Abrazos, querida amiga
Entender a Diego Maradona es entender su trayectoria desde el barrio marginado, la dadiva de su talento, el consumismo del mundo, el endiosamiento de la fama, la desobediencia personal ante el abuso de sustancias químicas. De nuevo, la idolatria de mundo. Al final queda Diego, el bello Diego, la esencia pura de su vitalidad y claro, nos queda que aunque no seamos adeptos al fútbol, o balonpie, estamos ante un gigante en todas sus etapas. Maradona es inmortal y ahora es libre de las adulaciones, y la fibra vulnerable de su herida fenomenal. Maradona va ahora a perfeccionarse con Dios, a un equilibrio mayor.
He disfrutado de este poema profético, Jorge Salvador. He disfrutado de los comentarios extraordinarios y bellos de Hallie. He aqui el gran tributo al nino Diego Maradona, al hombre común: Diego Maradona, al hombre exaltado: Diego Maradona, y al hombre dotado de maravillas que no acaban con la muerte. Un abrazo grande a ti y a Hallie. ERA