Publicado: Mié, 20 Feb 2013 3:09
Estos cuento-poemas tuyos, deberían venir con una bombona de oxigeno de emergencia.
Un abrazo.
Pepa
Un abrazo.
Pepa
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Luna de Nos escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar estrecho, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Hallie, al leer el título inevitablemente uno se siente niño, con esa curiosidad natural de conocer una historia y con la avidez que produce en esa etapa de la vida, tan maravillosa la una como la otra.
Me hizo recordar -aunque mis pensamientos suelen 'entreverarme' demasiado- a Tristán e Isolda.
Claro que toda historia de amor o desamor, siendo particular es universal al mismo tiempo.
Vaya un fuerte abrazo hasta 'allá' Luna.-
Ramón Ataz escribió:He destacado en negrita las mejores partes de este poema y luego he subrayado la causa y razón de tanta calidad.Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar noble, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Emoción e inteligencia, son dos palabras que definen tu obra, Hallie. Te robo tus aplausos para devolvértelos aumentados.
Un abrazo fuerte.
Ana Muela Sopeña escribió:Fabuloso poema, Hallie.
La leyenda...siempre es bueno perseguirla. Porque si leyenda ¿qué queda en el amor?
Un abrazo grande
Aplausos
Ana
Israel Liñán escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar noble, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Hallie qué gran poema-relato nos dejas. Las imágenes de los protagonistas se forman en la mente según vamos leyendo, para desembocar en el final, ese final que te deja con la piel de gallina.
Me encantó.
Un abrazo.
Isabel Moncayo escribió:Se te da de lujo contar historias, has hilvanado ésta, al hilo del poema de Rafel, brillantemente, cosa es habitual, no me canso de leerte, sé que algún día veré tu nombre muy muy alto, y humildemente diré: es mi amiga y me alegraré de corazón, gracias por el disfrute de este momento mágico... un abrazo...
LUIS MARIÑO escribió:Que maravilla de prosa, Hallie. Desborda intensidad, belleza y calidad poética. Un verdadero lujo es leerte,
(No puedo destacar nada en especial porque TODO entero es genial).
Mi más sincera felicitación y mis aplausos Poetisa. Un abrazo.
Rafel Calle escribió:Amiga Hallie, es un privilegio que hayas escogido unos versos de mi poema La dama y el escritor vagabundo, para encabezar este hermoso trabajo; te lo agradezco mucho.
El hombre perdido en el cosmos de su escritor. Desalentado y no se sabe por qué.
En realidad, existe un gran desapego a todo lo material. El escritor no encuentra razones para crear y se decide por crear un mundo a la medida de las grandes sensaciones que demanda su inventiva. Solo existe el escritor y el hombre se disipa. Es un claro ejemplo del hombre absolutamente centrado en ser artista, por lo que la consecuencia es nefasta para el hombre. Y en estas, aparece una mujer. Ella le recuerda lo grato de sentir la calidad del calor en los cuerpos mermados en un zaguán de frío y mármol. Ella o un duende son los responsables de que el escritor recuerde que, si quiere escribir, no puede dejar que muera el hombre que lo habita. Y es que el frío mata. Por el calor al amor. Y colorín acalorado…
En fin, con tu estilo metafórico en busca del impacto y que, además, quiere narrar el suceso -asunto reseñable porque tal mezcolanza, en sí misma, entraña una gran dificultad literaria-, recreas el fantástico mundo que siente tu poeta y logras vertebrar un cuento con final feliz en un bellísimo poema en prosa que bien podría ser un poema en verso con tan solo fraccionar los campos sintácticos entre pausa y pausa versales.
Ha sido un placer leerte, siempre lo es. Felicidades por el poema. Y de nuevo muchas gracias por todo, compañera.
Un fuerte abrazo.
Pilar Morte escribió:Hay mucha hermosura en esta prosa poética que cuenta y lo hace con la calidez y calidad que llevan tu sello
Eres un lujo en Alaire
Abrazos
Pilar
Josefa A. Sánchez escribió:Estos cuento-poemas tuyos, deberían venir con una bombona de oxigeno de emergencia.
Un abrazo.
Pepa
No sé cómo se me había escapado esto tan precioso y al ver el título tan de nuestros cuentos infantiles he pensado, aquí hay algo bueno, como todo lo de Hallie.Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar noble, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Marisa Peral escribió:No sé cómo se me había escapado esto tan precioso y al ver el título tan de nuestros cuentos infantiles he pensado, aquí hay algo bueno, como todo lo de Hallie.Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar noble, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Y me he quedado sin saber qué decirte que no suene repetitivo o que se quede tan corto que parezca una respuesta de cortesía. Y he leído las respuestas de los compañeros así que mi respuesta es la misma de Marius, Luis, Guillermo, Rafel, Pilar, Ramón, Pepa, Luna, Ana, Israel, Isabel... de todos cojo algo para decirte que eres única y que me encanta leerte.
Un beso grande, amiga poeta.