Editorial Alaire

Esta belleza me ha traído el recuerdo de otro Manuel, cuando en mi niñez aprendía a amar la poesía en los versos de Gutierrez Nájera. La cadencia, la suavidad, la ternura, hacen que obras como la tuya lleven de la mano a su autor hacia la eternidad, vivo para siempre en sus poemas.

Me tomo el atrevimiento de dejarte una estrofa de M.G.N. también para su amada ( la lírica)

¡No moriré del todo, amiga mía!
de mi ondulante espíritu disperso,
algo en la urna diáfana del verso,
piadosa guardará la poesía.


Sin dudas, alcanzaras la edad de las estrellas, estoy segura.


Un abrazo.

Viví

Mario, me alegra mucho que la lectura de este poema haya sido de tu agrado, y te agradezco que me lo hayas dicho.
Un fuerte abrazo

Mario me alegro muchísimo de que este poema te haya gustado, amigo.
Un fuerte abrazo

Mario, muy agradecido por tu amable comentario.
Un fuerte abrazo

Amigo Manuel, siempre un placer visitar sus trazos poéticos,
le felicito y le deseo un excelente 2013.

Daniela, me da mucha alegría que te haya gustado el poema, y que alguna de sus frases te haya dejado un buen recuerdo.
Muchas gracias por tu amable lectura y tus palabras.
Un fuerte abrazo

Hallie, muchas gracias, una vez más por tu amabilidad, amiga.
Un fuerte abrazo

Pepa, te agradezco tu cercanía y tus comentarios a mi obra. Tienes siempre una palabra amable para mis versos.
Un fuerte abrazo

Concha, muchas gracias por tu presencia y tu saludo. Yo tambien te dejo un abrazo fuerte desde las mismas aguas.

Amiga Viví, es una alegría comprobar que nuestros sentimientos, nuestras experiencias, se pueden compartir con otros. En este caso que coincidimos en tener poetas que han marcado nuestra infancia y con los que hemos crecido en esto de la poesía. Te agradezco muchísimo el comentario tan cariñoso que me dejas. No aspiro a tanta belleza. Me conformo con ser leido por personas tan sensibles como tú.
Te dejo un poema de Gutierrez Nájera que me gusta mucho y que se parece en algo a un breve que publicaré pronto.

Un fuerte abrazo con mi gratitud.

Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo,
donde parezca sueño la agonía,
y el alma, un ave que remonta el vuelo.

No escuchar los últimos instantes,
ya con el cielo y con el mar a solas,
más voces ni plegarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz, triste, retira
sus áureas redes de la onda verde,
y ser como ese sol que lento expira:
algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven: antes que destruya
el tiempo aleve la gentil corona;
cuando la vida dice aún: soy tuya,
aunque sepamos bien que nos traiciona.

Un abrazo muy fuerte Blanca. Te agradezco, como lo hago siempre, tu cercanía y tus palabras.

Te he visto distinto, Manuel, a otros poemas tuyos que he leído anteriormente, pero, como en ellos, he podido ver la calidad y la seguridad de quién consigue lo que busca, y este poema de amor que se lee con una facilidad pasmosa no nos puede desviar de la profundidad de lo que dice.

Un abrazo.

F. Enrique, muy agudo!! El poema es de hace años. No suelo publicar más que lo que voy escribiendo, salvo algunas excepciones entre las que se encuentra este poema. Es cierto, de este poema a la poesía que escribo desde hace algunos años la cosa ha cambiado algo.
Gracias por tu lectura, amigo. y un abrazo fuerte.