Editorial Alaire

Rafael Valdemar escribió:Antes de que la luna
nos cierre sus burdeles
y sobre la tarima de mi cuerpo
ensayen su danza las rameras
al compás de un sexo sostenido,
déjame corazón que te improvise
al oído el orgasmo de un bolero,
luego me marcharé de prisa,
igual que se fuga la lluvia
cuando por tu espalda resbala.

Aunque... ya da lo mismo,
¿qué puede pasar
si te encuentra el amanecer
en mi cama sudando,
o bebiéndote el trago de la despedida,
ese último que nos deja con la resca
del nunca más volver?

Antes de que en tu carne
madure desnuda la manzana
y nos invite con arte a pecar,
no me vendas a precio de saldo
el hambre que hoy tengo de ti,
lo pagarán en aranceles de besos
que roben a unos labios de hiel,
ni me prometas llevarme al paraíso
en la principal suit del infierno
si sabes que no puedes cumplir.

Aunque... ya da lo mismo,
¿qué puede pasar
si te encuentra el amancer
en mi cama sudando,
o bebiéndote el trago de la despedida,
ese último que nos deja con la resaca
del nunca más volver?

Antes de que en la piel
se nos quede tatuada con saliva
la cicatriz de un sueño de vino y rosas,
te convocaré a mi funeral
para que tú, sin marido y sin amante,
enviudes mañana de prestado.
No quiero que me escribas
y me cuentes que cada tarde llegas
con retraso al andén del corazon
y el tren del amor de noche se te escapa.

Aunque... ya da lo mismo,
¿qué puede pasar
si te encuentra el amanecer
en mi cama sudando,
o bebiéndote el trago de la despedida,
ese último que nos deja con la resaca
del nunca más volver?