Editorial Alaire

Gracias, Lucía, la verdad es que lo que me dices me hace sonreír pensando en algunas experiencias personales, y es de lo más bonito que me han dicho.

Un abrazo.

Destacable la coherencia metafórica y el ritmo de agilidad sostenida para perseguir a esa juventud y a ese amor que se resisten a dejarse atrapar.

Me gustó, amigo Enrique, como por otra parte suele ocurrirme con tus poemas.

Un abrazo.

Gracias, Marius, por tu amabilidad. Este es uno de esos poemas raros que me ha acabado dando mucho más de lo que esperaba. No sé la razón, pero me gusta lo que expreso cuando miro hacia mi alma.

Un abrazo.

Y, ahora ¿qué hacemos, Ramón? Quizás yo te hable y tú no me escuches, y será por el recuerdo tan agradable que me has dejado por lo que siga haciéndolo. ¿Sabes? te tenía en mente a ti para que me introdujeras en la senda del único orador romano que superó a César, a ti no hace falta que te diga que me refiero a ese viejo soñador republicano, un poco cobarde y genial en sus conclusiones sobre su mundo que se parece tanto al nuestro. A ti te sacieron con lo suyo bueno y lo no tan bueno hasta el punto de que la aparición de Horacio y Catulo significó un soplo de aire fresco y renovador. Pero yo quería conocer De amicitia y no podría haber nadie mejor que tú para que me la mostrara con el corazón. Los buenos hombres nunca se marchan, siempre hay una buena razón para brindar por ellos, y ¿por qué no? con ellos. Brindo contigo, Ramón por todo lo bueno que podría haber sido, y por lo mucho bueno que dejaste.

Un abrazo.

Arriba con este hermoso poema de Enrique.

Hermosa entregqa Enirque.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

Nos envuelves con tu poema en una suave melancolía. Es una sensación de paz y sosiego... y al mismo tiempo triste. Crear estas sensaciones es oficio de poeta. Y tú lo eres.
Un abrazo, Enrique.
J. Manuel

Gracias, Rafel, por haber subido este poema con sabor a mar y lleno de nostalgia.


Un abrazo.

Gracias, Lucía, es toda una gentileza de tu parte lo que me dices.

Un abrazo.

Gracias, Ferreiro, por esta oportunidad que me das de volver a hablar de este poema.

Un abrazo.

Comunicarme contigo, aunque sea de esta forma un tanto indirecta y desincronizada tiene algo especial, José Manuel. En este caso es con un poema que me dejó satisfecho nada más acabar de escribirlo y para decirte que me agrada mucho que te haya gustado.

Un abrazo.

F. Enrique,
Y tengo que cantar caricias de un instante,
recuerdos que no existen, sombras que me abandonan.

Destino de poeta, cantar aunque sea a sombras y desamor... Bella entrega, Enrique.

Las metáforas y el discurrir del poema donde se persigue el amor soñado. Un poema excelente, propio de un poeta de alta calidad. Mi enhorabuena y mi abrazo.

José Manuel F. Febles

Hay poemas, Carlos, que recordaremos toda la vida y algunos de ellos a pesar de haberlos escritos nosotros mismos. Puede que ésta sea, precisamente la razón principal de este hecho, en cambio yo prefiero pensar que no es así; vuelvo a leer un poema como éste y no encuentro una sola razón que lo distinga de muchos poemas que he escrito y de los que me he olvidado.

Gracias, Carlos, indirectamente me has hecho reflexionar sobre un asunto que hace mucho tiempo que ne ronda la cabeza.

Un abrazo.

Creo, José Manuel, que debo saber guardar la satisfacción de haber tenido la suerte de contar con un poeta como tú entre las personas que leen lo que yo escribo. Aunque, a veces pierdo la dimensión de ello, es una de las cosas más importantes que he podido conseguir con esto de la poesía.

Un abrazo, y gracias.