Editorial Alaire

Elizabeth Barrio Paredes escribió:Jajajajaja, genial, sencillamente un poema-crítica-relato guapísimo. Tu agudeza e ingenio son de aplaudir y así lo hago... de pie.
Un gran abrazo y un beso (sigo aplaudiendo)

Pilar Morte escribió:Ja, ja, que originales comparaciones. Si volviese la cabeza...
Me alegro de haberte leído
Abrazos
Pilar

Juan Fionello escribió:Israel, además de un poema brillante, en la mejor línea de la poesía satírica de siempre y a la vez absolutamente moderno, has hecho un poema que me ha arreglado un día bastante asqueroso. Gracias, porque me he podido, por fin, reír un rato.

Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Un poema que se lee con una sonrisa en los labios. Me gustó la ironía que desprende y el lenguaje tan actual que usas. Mi felicitación y un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un poema extraordianrio, brillante y lleno de aciertos, Israel. Los versos inquietan, perturban, arrancan sonrisa y pena. Uno de tus trabajos más sobresalientes, que lo sepas. Si te fijas bien, he colocado una estrella roja en el título.

Aplausos y honores que toquen a Zaratrustra!

Un abrazo,

Hallie

Rafel Calle escribió:

Israel Liñán escribió:Transitaba Nietzsche radiante por Chueca,
los superhombres exclamaban a su paso,
-¡¡¡supermariquita filosofal!!!-
se dirigía, o eso cuentan, a la calle Montera
esquina Gran Vía,
para serenar sus pensamientos impuros.

Al pasar por el Bar Becquer
sus ojos, colmados de sapiencia,
reposaron en la parpadeante pantalla
de un televisor de plasma,
80 pulgadas,
y sufrió una erección.
Los sinuosos perímetros de Jorge Javier
lo estimularon hasta la demencia,
quiso probar la pulpa caldosa
de Belén Esteban
y soportar en sus propias carnes
la contrariedad de los laureles.

Aturdido por el imprevisto suceso
dirigiose al mesero y le expuso:

- Oriundo protohumano,
¿qué insólito espejo es ese,
y por qué en las recónditas cavernas de mi alma
muero en deseos de mirar y mirar y mirar,
mientras mi yo complejo y cínico
niega su visión?.

-No podría contestarle licenciado,
-declararía avergonzado el protohumano-
sus hechuras de preclara clarividencia
y divinidad altísima me nublan
la glotis.

Pero Nietzsche era sesudo,
intelectual,
sobrepuesto de ideologías,
de la cultura actual
que por dominarla detestaba.

-Debo conocer el secreto
- rumiaba-
debo afrontar la pesadilla
y emerger triunfal, pues soy yo,
y sólo yo
el garante de las letras hispanas
-aún a riesgo de ser alemán
nacionalizado suizo-

Y se hundió en la paranoia,
advirtió demonios donde ficción había,
distinguió querubines en las marcas
de orín de los tabiques,
envolviéndose en papel de plata
bautizó a los espíritus guardianes,
y vagó por los campos catódicos
en irritante búsqueda del placer.

Un rapsoda extinto de amplio espectro
captó su semblante superior y borroso,
y con voz sepulcral exclamó:

¡¡¡ Hay que joderse !!!

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Interesante y muy amena propuesta, amigo Israel, donde desarrollas una crítica llena de ingenio, enfrentado a personajes tan dispares como las patéticas estrellas de la tele basura y el gran Nietzsche.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por este divertidísimo trabajo.
Un cordial abrazo.