.........................................................................Alejandro Costa López escribió:Más que madrugar, no he dormido.
No he dormido porque un segundo
es una pérdida de vivencia infinita,
una red atolondrada para saltar al vacío.
Es un río apresurado a buscar la libertad
que le otorga su desembocadura,
es un segundo, pero te llena tanto de vida
que el respirar no añora oxígeno
y un sol en despedida
se graba cual lienzo de museo.
La luna no está,
pero se apresura a llegar
cabalgando sobre cielos intempectivos
ubicados en una tarde con estación indeterminada.
No quiero dormir
dejando el rastro de una mirada de amor
sin mirada complice,
sin lágrimas de diamante
y brisa de corcel al galope.
No quiero dejar de oler el rocío de un bosque
cuando la sombra se desvanece
y unos pies descalzos
descargan huellas imantadas de pasión.
No he madrugado,
aunque las manos formen cascadas de escarcha
y la última estrella se disipe entre rayos de sol.
Solo soy capaz de escuchar,
de elevar al cielo los tiempos de mi visión,
arrancar venas del corazón
y exprimir cualquier segundo
que en un instante de vida
se pose en el rellano de la fantasía.
La mirada no emigra,
no sucumbe mientras humedezca desiertos,
aún cuando unos labios al roce del sol
destellen deseo y enigma de atracción.
Y no he de dormir,
porque su cuerpo es idolatría,
porque los espejimos
son humo recostado en las pupilas,
y un reloj parado
es el infinito en un cóctel de impavidez.
No dormiré
mientras observe el jugo de sus labios.
Un beso delimita su mirada
para llevar la mía a un sueño infinito,
ahora que la luna
recuesta su sombra en la almohada.
Y llega la alborada…
Hermoso poema, amigo Alejandro, en el que los aciertos se suceden a lo largo del poema. Una noche de insomnio, presa del ansia sabedora de un tiempo tan escueto. Esperando a la luna, las manos forman cascadas de escarcha hasta que llega la alborada...
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordia abrazo.