Publicado: Vie, 27 Abr 2012 14:12
Los poetas tenéis una gran ventaja, siempre os queda la poesía. Un gusto leerte, Pilar. Saludines.
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Y es grato que me digas lo que piensas del poemaAlejandro escribió:Hola Pilar. Ella vino y embelleció tu palabra para regalarnos este hermoso poema.
Ha sido muy grato pasar por tan bella lectura.
Saludos
Muy bello tu poema estimada amiga. FELICIDADES.Pilar Morte escribió:He llegado tarde
cuando algunas palomas renunciaron al vuelo,
herida de palabra con el verso en la boca,
y un aroma en las venas endulzando la sangre.
He llegado con el cráneo vivido,
rota y entera, de piedra y de agua
perdida en bosques ya talados
donde la lucha refugió su daga
y aparcó el animoso ruido para traer silencios puros.
Ella vino sellando las estrías
y yo la acojo con la dignidad del agradecimiento
porque sé de la paz de sus tentáculos,
del arco iris que entiende su luz.
Ella vino, y la alquimia rozó el aire
donde los ojos se abren en un gesto nuevo
transformando lo que escribió la vida
para ser el origen del yo más antiguo,
el que imprime en renglones de horizontes
abiertos a esplendores vivos.
Vino y abracé su belleza,
el instinto del hambre más mío,
el que pone alimento sobre las vírgenes
y las devuelve a su savia.
.......................................................................................................Pilar Morte escribió:He llegado tarde
cuando algunas palomas renunciaron al vuelo,
herida de palabra con el verso en la boca,
y un aroma en las venas endulzando la sangre.
He llegado con el cráneo vivido,
rota y entera, de piedra y de agua
perdida en bosques ya talados
donde la lucha refugió su daga
y aparcó el animoso ruido para traer silencios puros.
Ella vino sellando las estrías
y yo la acojo con la dignidad del agradecimiento
porque sé de la paz de sus tentáculos,
del arco iris que entiende su luz.
Ella vino, y la alquimia rozó el aire
donde los ojos se abren en un gesto nuevo
transformando lo que escribió la vida
para ser el origen del yo más antiguo,
el que imprime en renglones de horizontes
abiertos a esplendores vivos.
Vino y abracé su belleza,
el instinto del hambre más mío,
el que pone alimento sobre las vírgenes
y las devuelve a su savia.