Editorial Alaire

Hernán Correa escribió:Hay tantan imágenes hermosas que no sé con cual quedarme. Lo felicito por el poema.

Vicente Santisteban escribió:Todo un placer la lectura de tu poema, Ramón. Te felicito con un saludo.

Ramón Carballal escribió:SÓLO TU NOMBRE

Volverás a la orilla de los columpios vacíos. Tu madurez,
tu espectro o tu sangre viajarán lentos como la duda o el azar.
Un pequeño jardín en el crepúsculo(mitad sombra o sintaxis
que alimenta su hermosura de muerte).Álgebra de los días
inversos, corazón que maquilla su refugio. Pero hay en ti
almas indomables, vientos de abril que buscan la fiereza
del carmín o su ausencia. No dijiste palabra, tu sinrazón
se abandonó al racimo y a la piel, al cansancio de la herida
y a la flor que se anticipa. Y un beso como un águila asustada,
y la caricia y el febril elixir del deseo. La noche dormirá su aurora
con trémulos signos de epitafio. Y tú buscarás el nombre en las
esquinas, la llave amarilla de las hojas, el rebumbio ajedrezado
de las islas. Y entonces dos cuerpos se entregarán al ardid
y la música de las trompetas llegará silenciosa como una nube
a llorar su músculo en el sexo encendido de la historia. El futuro
hallará raíz(con el viaje y la luz, con la razón y el devenir de los
viejos cisnes)como la furia del hierro encuentra su inhóspito
vendaje de amapolas. No hay senderos en esta gloria inútil,
sólo el frenesí de los poemas rojos que lloviznan en la sien
de un dios indefenso. Tú eres la mujer del cíclope, la novia
que intuye su bandera. Dame el refugio del éxtasis, la oración
gris del tiempo, el descanso en la luz de los misterios. Sólo
tu nombre.

Ramón Carballal escribió:SÓLO TU NOMBRE

Volverás a la orilla de los columpios vacíos. Tu madurez,
tu espectro o tu sangre viajarán lentos como la duda o el azar.
Un pequeño jardín en el crepúsculo(mitad sombra o sintaxis
que alimenta su hermosura de muerte).Álgebra de los días
inversos, corazón que maquilla su refugio. Pero hay en ti
almas indomables, vientos de abril que buscan la fiereza
del carmín o su ausencia. No dijiste palabra, tu sinrazón
se abandonó al racimo y a la piel, al cansancio de la herida
y a la flor que se anticipa. Y un beso como un águila asustada,
y la caricia y el febril elixir del deseo. La noche dormirá su aurora
con trémulos signos de epitafio. Y tú buscarás el nombre en las
esquinas, la llave amarilla de las hojas, el rebumbio ajedrezado
de las islas. Y entonces dos cuerpos se entregarán al ardid
y la música de las trompetas llegará silenciosa como una nube
a llorar su músculo en el sexo encendido de la historia. El futuro
hallará raíz(con el viaje y la luz, con la razón y el devenir de los
viejos cisnes)como la furia del hierro encuentra su inhóspito
vendaje de amapolas. No hay senderos en esta gloria inútil,
sólo el frenesí de los poemas rojos que lloviznan en la sien
de un dios indefenso. Tú eres la mujer del cíclope, la novia
que intuye su bandera. Dame el refugio del éxtasis, la oración
gris del tiempo, el descanso en la luz de los misterios. Sólo
tu nombre.

Isabel Moncayo escribió:Precioso, Ramón, simplemente precioso.

Abrazos

Mario Martínez escribió:¡¡Guau!! Amigo mío.

Como siempre excelente. Un poema para releer y aprender.
Un abrazo, Ramón.
Mario.

Begoña Egüen escribió:

Ramón Carballal escribió:SÓLO TU NOMBRE

Volverás a la orilla de los columpios vacíos. Tu madurez,
tu espectro o tu sangre viajarán lentos como la duda o el azar.
Un pequeño jardín en el crepúsculo(mitad sombra o sintaxis
que alimenta su hermosura de muerte).Álgebra de los días
inversos, corazón que maquilla su refugio. Pero hay en ti
almas indomables, vientos de abril que buscan la fiereza
del carmín o su ausencia. No dijiste palabra, tu sinrazón
se abandonó al racimo y a la piel, al cansancio de la herida
y a la flor que se anticipa. Y un beso como un águila asustada,
y la caricia y el febril elixir del deseo. La noche dormirá su aurora
con trémulos signos de epitafio. Y tú buscarás el nombre en las
esquinas, la llave amarilla de las hojas, el rebumbio ajedrezado
de las islas. Y entonces dos cuerpos se entregarán al ardid
y la música de las trompetas llegará silenciosa como una nube
a llorar su músculo en el sexo encendido de la historia. El futuro
hallará raíz(con el viaje y la luz, con la razón y el devenir de los
viejos cisnes)como la furia del hierro encuentra su inhóspito
vendaje de amapolas. No hay senderos en esta gloria inútil,
sólo el frenesí de los poemas rojos que lloviznan en la sien
de un dios indefenso. Tú eres la mujer del cíclope, la novia
que intuye su bandera. Dame el refugio del éxtasis, la oración
gris del tiempo, el descanso en la luz de los misterios. Sólo
tu nombre.

Un poema excelente estimado amigo. He quedado complacida con la lectura.
Un abrazo, amigo.
BEGOÑA.

javierdicenzo80 escribió:tremenda lirica, excelente poema y eres un gran poeta, verdaderamente me asombra estar entre escritores tan grandes como tu, es una maravilla excelente me pongo de pie ahora se porque escritores como Amorós estan con nosotros
javier

Andrés García Santos escribió:Excelente poema. Un gusto leerte, Ramón. Con mis saludos.

Josefa A. Sánchez escribió:Subscribo lo dicho por los compañeros. Con mi aplauso.
Un abrazo.
Pepa