Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:El coche rojo espera,
me invita y deja el hueco, la almohada espumosa.
viene veloz con ansia apresurada
dibujando los círculos
en ese aroma de jazmines vivos.
Viene y le digo sí, que en la piel se encarcelan ilusiones
y mariposas de mil vuelos.
Hay un nudo al futuro
que se engarza al pretérito sin nombre,
sombra de un horizonte sin fecha.
Y huelo, huelo
avivando en fragancias el sentido
que recorre senderos de color.
El rojo impregna mi retina,
entra en esquinas de mis huecos
y me vence, me traslada al fuego,
sin más severidad que el pensamiento.

Se para el tiempo que atormenta
para dejar un arco iris en el vuelo
donde un desconocido cielo
dibuja espejos que se rompen.
Es tarde,
y una cadena me ancla al destino
en un vaivén dudoso
donde la lluvia se mira en el charco.

Aubriel Camila de la Prad escribió:Qué poema, Pilar! Las imágenes son increíbles, se suceden sin interrupción, una más hermosa que la otra. Lo mismo ocurre con las sensaciones, van de prisa, giran, cambian ...

"Se para el tiempo que atormenta
para dejar un arco iris en el vuelo
donde un desconocido cielo
dibuja espejos que se rompen.
Es tarde,
y una cadena me ancla al destino
en un vaivén dudoso
donde la lluvia se mira en el charco."

Me gustó mucho. Muchísimo!

Un beso enorme.

Ignacio Mincholed escribió:Saludos Pilar.
Un poema muy difícil, y digo difícil tal como se entiende que una expresión así no se encuentra sino con trabajo. Y que no se entienda trabajo por esa acepción que fuerza "al hombre" a ganarse lo que sea, que se entienda por conocimiento.

Felicidades, y un abrazo
Ignacio

lazaro Habana escribió:

Pilar Morte escribió:El coche rojo espera,
me invita y deja el hueco, la almohada espumosa.
viene veloz con ansia apresurada
dibujando los círculos
en ese aroma de jazmines vivos.
Viene y le digo sí, que en la piel se encarcelan ilusiones
y mariposas de mil vuelos.
Hay un nudo al futuro
que se engarza al pretérito sin nombre,
sombra de un horizonte sin fecha.
Y huelo, huelo
avivando en fragancias el sentido
que recorre senderos de color.
El rojo impregna mi retina,
entra en esquinas de mis huecos
y me vence, me traslada al fuego,
sin más severidad que el pensamiento.

Se para el tiempo que atormenta
para dejar un arco iris en el vuelo
donde un desconocido cielo
dibuja espejos que se rompen.
Es tarde,
y una cadena me ancla al destino
en un vaivén dudoso
donde la lluvia se mira en el charco.

Hay esa visión interior, pura mezcla de sensaciones
Es cuando se escriben poemas en las paredes de nuestro propio laberinto.
Me llegó


abrazos Pilar.


lázaro.

Abel Sal escribió:Querida Pilar, este poema no me suena precisamente a buenas imágenes. Por el contrario, me resulta doloroso en su lectura. Aunque no creo ser bueno interpretando, a veces. Acepto el rojo, mientras quede guardado. No es mi color favorito. Tu estilo de contar siempre es impecable, al menos para mi parecer.
Un abrazo.
Abel.

J. J. M. Ferreiro escribió:Magnífico, querida Pilar, este trepidante rojo de ritmo, sonoro y pleno de métaforas sugerentes con guiños de pasión al rojo.

Biquiños.