Editorial Alaire

Julio González Alonso escribió:

Ramón Carballal escribió:
La luz se quema a trozos, sobrevive
en un barco pintado o se suicida, así,
como una tarde que vendió sus amapolas.
Es natural, me digo, este suspiro que se ahoga
entre músculos.
Un gran animal es la noche,
una fiera impura de subterráneas crines.
En mi habitación la selva tiene el apellido
de un perro.
Yo mastico aquí cada liquen
que fue flor o vientre abierto.

Tarde de amapolas, luz en los colores de un barco, suicidio y suspiros, noche que se llega y soledad. Todo junto. Todo hermoso.
Salud.

Luis Oroz escribió:Eres tremendamente original, compañero, eso aparte de otras cosas, le da a tu poesía el impulso necesario para enganchar al lector.

(Un gran animal es la noche,
una fiera impura de subterráneas crines.)


Un placer la lectura, como es costumbre.

Un abrazo.

Luis Oroz.

Jerónimo Muñoz escribió:Muy buen poema, Ramón. Tan bueno que más largo lo quisiera uno para así prolongar ese placer estético que procura. Todo es incesante concatenación de metáforas. La mayor parte de las palabras, colocadas en el contexto que tú creas, pierden su valor semántico y adquieren un significado agudamente evocador. ¿Qué otra cosa es la poesía sino esa expresión de de lo que es intransmitible por los conceptos desnudos? Pura expresión poética la tuya. Alta poesía.
Prometo seguir leyéndote tanto como tú lo permitas.

Un abrazo.

federico ruibal escribió:La originalidad es algo que veo necesario. Al cabo, dominamos tanta técnica, que podemos producir poemas perfectos, totalmente vacíos. Es en el riesgo "bien temperado" donde veo el arte. Así valoro tu poema, Ramón.

Un abrazo.

F.-

Cavicchia escribió:Es un maravilloso poema, triste, recuerdos de otros tiempos que fueron bellos o al menos que prometieron serlo, me encanto lo que pasa con la luz, después, ese animal que es la noche y el final que le diste al poema, realmente muy bueno.

Hans Xeo Cristo escribió:Una tarde de contemplación podría transcurrir así, con ese peso de nostalgia que le gana a algunos versos quizás precipitados, como esas "crines subterráneas". Lo mejor del poema es que transcurre la luz y deja en su partida el cuerpo dulcemente animalado.

Marian Heredia escribió:

Ramón Carballal escribió:
La luz se quema a trozos, sobrevive
en un barco pintado o se suicida, así,
como una tarde que vendió sus amapolas.
Es natural, me digo, este suspiro que se ahoga
entre músculos.
Un gran animal es la noche,
una fiera impura de subterráneas crines.
En mi habitación la selva tiene el apellido
de un perro.
Yo mastico aquí cada liquen
que fue flor o vientre abierto.

Sabes cuánto me encanta leerte
por la riqueza de tus imágenes y
por esa melancólia que cuelga de
las puertas seductoramente.Besos
poeta

Raúl Castillo escribió:Ciertamente la originalidad de las acertadas imagenes en todos tus trabajos -y en especial en este- hacen de tu poesia una atractiva y subyugante. La imagen de la noche es sobresaliente, vibrante como los colores en un Van Gogh, como la emocion en una sonata de Mozart.

Un fuerte abrazo POETA.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Vaya trabajo lírico querido Ramón! Un poema consanguíneo que mastica la ontología personal del mundo.

Enhorabuena y un beso enorme!!!!

Hallie

Rosario Alonso escribió:Me quito el sombrero amigo Ramón. Tienes una forma de escribir tan personal que me apasiona. Chapeau.

Un beso

Pilar Iglesias de la Torr escribió:Ramón,

tienes la habilidad de no dejar indiferente a nadie....de hacernos masticar la magia desprendida en ese insinuar de las palabras

un besazo hasta la costa..........Pilar