A, José Manuel Sáiz
Publicado: Vie, 08 Abr 2011 21:25
José Manuel, gracias por tu lectura y comentario que siempre aprecio.
Un abrazo,
Ignacio
Un abrazo,
Ignacio
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enrique sanmol escribió:Encuentro dos formas claramente diferenciadas en tu poema. Un primera estrofa completamente rimada que se rompe (sin solución ya de continuidad) en el último verso con esa "ruta". En esa estrofa hay construcciones tan arriesgadas como (para este lector) bien resueltas como: "esferas brillantes sobre tus pecas color de croqueta"
Las siguientes estrofas se apartan de la musicalidad excepto en el eco que aportan las "caderas", la lluvia da paso al silencio introspectivo, al asombro de la contemplación ensimismada.
Me gustó mucho el poema. Gracias por publicarlo.
Un cordial saludo.
Venezia Lesseps escribió:Este es un poema fulgurante desde el inicio.
“Las mínimas esferas brillantes”...(otro autor, les llamó “diminutas coronas fulgurantes”) “sobre tus pecas de color croqueta...” y tu pelo “sueño, valle, mar...” conforman una estrofa, para mí, excelente, tanto por el original cortejo metafórico que has conseguido crear...como por la naturalidad del lenguaje que has usado.
Excelente también esa sabia utilización simbólica del adjetivo “dorado, dorada” a lo largo del poema y cuyo simbolismo se extiende desde la “vanidad a la inmortalidad pasando por el cielo, la luz, el fuego, el sol y mucho más”. Una perfecta polisemia simbólica.
El oxímoron “besos sin contacto” parece algo gastado por el uso (poético) pero su conjunto crea un tercer concepto metafórico, muy digno de tener en cuenta
Un definitiva, una recursiva cuidada para componer un estupendo poema de amor.
Un saludo.
Venezia Lesseps-
Le daba yo vueltas a esto...Anatema escribió:A veces se seca la piel de la cebolla y otras llora. Hasta llenar un mar casi infinito. Y casi siempre o siempre, uno espera a alguien con una barca cuando hay olas, o si acaso, un paraguas por si hay nubes...
Ignacio Mincholed escribió:
Llueve tan despacio que el tiempo da tiempo
a secar de tu cara las mínimas esferas
brillantes sobre tus pecas color de croqueta
dorada tu cara apenas, tu pelo
tan profundo como un sueño de gigante,
pasaje, cueva o valle, mar revuelto
por el que viajar aventuras sin ruta.
Llueve de esa forma que parece pestañas que te rozan.
Flotan los besos sin contacto.
Duermen las manos en los bolsillos.
Y un sonido de agua, murmullo, juega con el sol
a saltos entre charco e isla
bailando con el quiebro de tus caderas
las verticales esquinas de las calles
que se curvan a tu paso derretidas por la luz.
Llueve, y cada vez estás más dorada
y callo un rato
para escuchar el silencio de las gotas en tu piel.
Óscar Distéfano escribió:Ignacio Mincholed escribió:
Llueve tan despacio que el tiempo da tiempo
a secar de tu cara las mínimas esferas
brillantes sobre tus pecas color de croqueta
dorada tu cara apenas, tu pelo
tan profundo como un sueño de gigante,
pasaje, cueva o valle, mar revuelto
por el que viajar aventuras sin ruta.
Llueve de esa forma que parece pestañas que te rozan.
Flotan los besos sin contacto.
Duermen las manos en los bolsillos.
Y un sonido de agua, murmullo, juega con el sol
a saltos entre charco e isla
bailando con el quiebro de tus caderas
las verticales esquinas de las calles
que se curvan a tu paso derretidas por la luz.
Llueve, y cada vez estás más dorada
y callo un rato
para escuchar el silencio de las gotas en tu piel.
Me he topado con este hermoso poema, y no quiero ser el responsable de que algún verdadero amante de la poesía se lo pierda.
Es un hermoso poema de amor, donde esa lenta lluvia sirve como pretexto para que la voz poética nos descubra un mundo de sensaciones que, también lentamente, nos llena de emoción. Es que, en su avance verso a verso, encontramos tantas felices imágenes, tantas sorprendentes metáforas, que nos quedamos con las retinas y la memoria agrandadas de tanta belleza recibida. Aplaudo este trabajo con efusión.
Un abrazo, Ignacio.
Óscar