Editorial Alaire

Gabriela Cobian escribió:Lo veo todas las mañanas,
acurrucado entre periódicos
dejando la ilusión en esa vieja banca de piedra,
tan fría como sus días.


Tiene el cabello largo,
blanco como la nieve
y una creciente barba
descuidada por el paso de los años.
Su mirada, ha perdido ese brillo (reflejo de esperanza)
Sus manos sucias y cansadas,
son tan solo un instrumento desgastado,
quizás, no sabe ya cómo usarlas.


¿Recordará su nombre?, ¿sabrá que alguna vez tuvo una familia?,
¿un hogar calentito?, ¿un trabajo?
Siento pena por su pena,
por su alma cautiva,
entre tanta locura y pobreza.


Para él su hogar,
es un pequeño parque cercano a mi casa
supongo que la lluvia,
debe ser su regadera...
me gusta imaginar,
que las flores y los árboles son retratos de familia,
un arcoiris llamado fé
y esa roída piedra,
en forma de banca,
es lo que él conoce como su cama.


Quizás en medio de tantas carencias,
él no se siente tan solo
y le queda aún, un rayito de contento.


Me pregunto si solo soy yo quién lo ve,
quién entiende sus flaquezas,
quién se da cuenta de su dolor.
Me duele y enoja,
la indiferencia de está sociedad carente de emoción.
¿Por qué tantas injusticias?, ¿por qué tanta gente sin amor?


Él no tiene nombre
le dicen..... el loco del parque,
el que no tiene hogar.